Gonzalo Fernández estudió farmacia antes de adentrarse en el mundo gastronómico, en el que hace un año izó las velas de su propio negocio. Ese lugar, en el que volcó sus expectativas y en el que quiere hacer las cosas bien, a su gusto, se hizo realidad sustentado en tres pilares: el gusto por la cocina que respeta el producto, aplicando la tendencia de cocinar a baja temperatura y conservando al vacío; su inclinación por colaborar con empresas locales e involucradas en problemáticas sociales, y hacer un continuo guiño al arte.

Las láminas de las obras de Susana Martín adornan las paredes de Edición Limitada Espacio Gastronómico. Es la exposición que actualmente completa la diáfana sala en la que la decoración, de todos verdes y con mobiliario en madera clara, refleja el espíritu natural de su fundador, amante de la materia prima fresca. Gonzalo Fernández invita a disfrutar de su proyecto, a deleitarse con su cocina, a marcharse a casa con buen sabor de boca y llenos, que no pesados, y sobre todo, insiste el chef, hay que ir a su local para pasarlo bien. Además de la vinculación con el arte del espacio -Fernández quiere que el acto de comer se acompañe de una experiencia de contacto-, y de la estrecha relación con empresas y proveedores comprometidos con problemáticas sociales, en el espacio se organizan talleres y seminarios.

El menú hace honor al nombre del establecimiento: Edición Limitada. La carta se ajusta a los productos de temporada;por eso la calabaza, entre otros alimentos, se ha introducido en ella. La cocina a la brasa y a baja temperatura son las otras dos características que definen a la propuesta de este local de San Lorenzo: platos en los que la proporción y los sabores de las verduras, por ejemplo, sorprenden al paladar por su intensidad y textura. Los vinos se sirven todos por copas y, aunque las referencias rondan la veintena, es llamativo que varias de ellas sean andaluzas.

Dulce Rivero