Los abuelos pueden ser el último bastión para que las nuevas generaciones recuperen la dieta mediterránea, paulatinamente olvidada por los padres, ya que uno de cada dos mayores fomentan un alimentación equilibrada entre sus nietos. Esta es una de las principales conclusiones del primer Estudio sobre la influencia de los abuelos en la alimentación de los niños, realizada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNA).El estudio, realizado sobre un total de 404 encuestas telefónicas a ciudadanos con una media de edad de 70 años, pone de manifiesto que los hábitos alimentarios de los abuelos españoles siguen siendo sanos.

Como media, los encuestados ingieren aproximadamente 3 piezas de fruta al día, comen pescado cerca de 3 veces a la semana y verduras unas 4 veces, y en su dieta diaria no hay un exceso de alimentos que contienen grasas saturadas. De los datos de la encuesta se desprende que alimentos tan equilibrados y sanos como los potajes solo aparecen en la dieta habitual de muchos hogares si en ellos vive una persona mayor. Así, los nuevos ritmos sociales, debido a la incorporación de la mujer al trabajo, dificultan planificar los menús, lo que lleva, por ejemplo, a la desaparición de las legumbres de la dieta, ya que hay que ponerlas en remojo el día anterior.

Así lo ha puesto de relieve el presidente de FESNAD, Jordi Salas-Salvadó, quien ha destacado que el nuevo modelo familiar ha producido una “ruptura” en el aprendizaje y transmisión de buenos hábitos alimentarios y los abuelos juegan un papel muy importante. La asesora de la Estrategia NAOS, de la AESAN, Teresa Robledo, ha manifestado su preocupación por la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en la población española, especialmente entre los niños, ya que casi el 46% de entre 6 y 9 años tiene un exceso de peso.

El secretario general de FESNAD y presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, Giuseppe Russolillo, ha resaltado que la mayor preocupación es “el abandono de la cocina de cuchara alrededor de la mesa” y ha abogado por recuperarla. Involucrar a los niños en la elaboración de los menús, llevarles a hacer la compra y meterles en la cocina son tres medidas suficientes para que el niño adquiera un referente nutricional, ha asegurado el doctor Russolillo. En el mismo sentido, Salas ha precisado que las pautas nutricionales adquiridas en la infancia perviven en la edad adulta y ha incidido en que el concepto de comida en familia se está perdiendo, por lo que ha abogado por potenciar los encuentros familiares en torno a la mesa. El estudio revela que más de la mitad de los abuelos son los responsables de una de las comidas o cenas de la semana de sus nietos de forma habitual y más del 50% cree que la dieta que tuvieron ellos era más sana que la de ahora.

Dos de cada tres abuelos preparan a los nietos su comida habitual y los pequeños se adaptan a esta dieta. No obstante, el 67% de los mayores considera que los niños no comen de todo (consumen poca verdura y pescado pero abusan de la carne y de los postres lácteos).