Es imposible no disfrutar de un buen plato de albóndigas con salsa. Con esta receta de albóndigas de queso ricotta, una adaptación de un plato tradicional de la cocina italiana, obtendrás albóndigas de ternera tiernas y deliciosas. Aunque no es necesario acompañarlas de salsa debido a su jugosidad, quedan fantásticas con una salsa de tomate estilo boloñesa o arrabiatta. A los estadounidenses les encanta esta receta y suelen prepararlas para acompañar espaguetis.

Ingredientes:

– Medio kg de carne de ternera
– Media cebolla
– 3 dientes de ajo
– Media taza de migas de pan duro
– Una taza de queso ricotta
Un huevo
– Una cucharada generosa de perejil
– Aceite de oliva
– Pimienta cayena
– Pimienta negra
– Sal
– Salsa al gusto

Elaboración de las albóndigas de queso ricotta:

1. Picamos la cebolla y los dientes de ajo. Ponemos unas dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén y calentamos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, echamos primero la cebolla y, cuando empiece a transparentar, añadimos el ajo. Cuando estén dorados, los pasamos a un bol grande y apartamos.

2. Añadimos al bol la ternera con el queso ricotta, el perejil y el huevo batido previamente) y añadimos sal, pimienta negra y cayena. Mezclamos bien toda la mezcla y añadimos las migas de pan. Seguimos amasando hasta que todo esté más o menos bien mezclado y uniforme.

3. Con una cuchara sopera, vamos cogiendo trozos de masa y los amasamos con las manos hasta formar una pelotita. Repetir el proceso hasta que toda la masa esté hecha albóndigas.

4. Ponemos otras dos cucharadas de aceite de oliva en la misma sartén que hemos utilizado para la cebolla y el ajo y doramos las albóndigas. Con unos 5 minutos por cada lado debería bastar para que la carne quede bien hecha y la albóndiga tierna. Entre remesa y remesa de albóndigas, quitamos el exceso de grasa con unas pinzas y un papel de cocina.

5. Vertemos la salsa elegida y un poco de agua sobre las albóndigas mientras estén aún en la sartén. Mezclamos bien y dejamos que la salsa comience a burbujear. Reducimos la potencia del fuego y vamos removiendo. Cuando las albóndigas ya no estén crudas por el centro, lo que llevará una media hora aproximadamente, servimos.