Alimentos que no son lo que parecen
Zumos Bifrutas
La industria alimentaria conocedora de la dificultad que presenta para muchos padres el incluir en la dieta alimentos saludables tales como frutas y lácteos, nos presentan atractivas alternativas para solucionar nuestros problemas.
Se promocionan como un alimento completo, apto para remplazar una fruta fresca y una ración de leche en el desayuno. Y para añadirle más y dejar tranquila nuestras conciencias le dibujan un 0% en mitad del envase. 0% de grasa. Suena muy bien. Pero ¿qué pasa con los azúcares? ¿No llevan? Si comprobamos el etiquetado nutricional podemos ver que algunos de los envases “0%” contienen más porcentaje de azúcar en su composición que ¡de zumo! No mienten. Realmente tienen un 0% de grasa. Pero los azúcares en exceso pueden transformarse en colesterol (y no precisamente del bueno).
Otro detalle de marketing utilizar el prefijo “Bi” como equivalente a “Bio”. Desde 2009 está prohibido en España que el prefijo “Bio” figure en el etiquetado de los productos no procedentes de la agricultura y ganadería ecológica. Danone, Solán de Cabras, Don Simón o Pascual entre otros tuvieron que cambiar varios etiquetados. A los consumidores el prefijo “Bio” trasmite ideas como “vital” o “natural”, por ello han solucionado el “tema” dejando el prefijo “Bi”.
En cuanto al valor calórico la media de cada tetrabrik de 330 mililitros rondaría aproximadamente los 150 – 155 calorías por envase (los que no llevan azúcar añadido su valor energético bajaría a 50 calorías). Si un niño de cinco años, que necesita una dieta de unas 1500 calorías, ingiere cada día un zumo le estaríamos aportando unas calorías “extra” que no necesita.
Lejos de ser una alternativa al consumo de fruta y leche, estas bebidas no son más que un refresco con un poco más de fibra, calcio y proteínas, pero con alta cantidad de azúcares y calorías.
Fiambres y embutidos de pavo
La gente es consciente que los derivados cárnicos procedentes del cerdo (chorizo, salchichón…) son elevados en calorías y en grasa. Pero… ¿Qué pasa con los embutidos de pavo? La creencia de que el pavo es una carne saludable, nos lleva a pensar que los fiambres y embutidos derivados de este alimento, son aptos en una dieta saludable. En muchas ocasiones nada más lejos de la realidad.
El pavo es una carne baja en grasa, de hecho una pechuga de pavo tiene menos grasa que una pechuga de pollo. La industria de la alimentación está empezando a usar pavo para ofrecer una alternativa a los embutidos de cerdo. Este hecho no convierte a los productos elaborados con pavo en productos “sin calorías” o “bajos en grasa”. Sólo hay que mirar las etiquetas para darse cuenta de que las salchichas, salchichones y chorizos elaborados con pavo tienen casi las mismas calorías y la misma elevada cantidad que grasa que sus productos originales a base de cerdo.
A continuación muestro el contenido de grasa y calorías de los fiambres y embutidos más conocidos, por cada 100 gramos de alimento.
Los embutidos o fiambres derivados del pavo, a excepción de la pechuga, son productos de densidades calóricas altas y ricos en grasa, por lo tanto de consumo ocasional. Teniendo en cuenta que estos subproductos son más caros que la carne de pavo, y no aportan ninguna ventaja nutricional por encima de ésta, la mejor opción es elegir el pavo tal cual, muslos o pechugas y optar por el jamón cocido y la pechuga de pavo, para el bocadillo de nuestros hijos.
Puré de frutas envasado
Está de moda un nuevo producto llamado “fruta de bolsillo” de colores llamativos, que muestra en el envase la indicación “100 fruta” y lo que es peor un logo que señala “1 ración de fruta”. Parece que el problema de que los niños no tomen la cantidad de fruta recomendada se ha resuelto. Es económico, fácilmente transportable, no se estropea y además… ¡a los niños les gusta!
Aunque este producto esté basado en puré de frutas y zumos… nunca van a llegar a suponer un reemplazo a una fruta fresca, porque aunque se le añada vitamina C las vitaminas originales se han perdido en el proceso y solo queda lo más básico: hidratos de carbono, es decir, azúcar.
Los beneficios de la fruta son innegables, aportan vitaminas, minerales, fitonutrientes, fibra y gran cantidad de agua…y todo ello con un número muy bajo de calorías. Por no hablar de las cualidades organolépticas (sabor, textura, aroma, color…) que superan con creces a este tipo de jalea o mermelada dulzona y empalagosa.
Es importante la educación nutricional que le damos a nuestros hijos y no debemos comparar este tipo de producto con el consumo de fruta fresca.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.