Para ser sincero, aun dedicándome a esto del vino desde hace ya un montón de años, me sigue costando hablar de vino. Hacerlo supone muchas cosas, muchos parámetros a tener en cuenta, muchos detalles que a menudo se te escapan y muchas personas implicadas en un proceso de producción. Personas que invierten su dinero, su tiempo y su esfuerzo por conseguir que ese maravilloso líquido de color que te aporta tantas sensaciones, esté en tu copa y consiga trasladarte por un rato mas o menos largo a un sitio maravilloso…y juzgar esto, así como así, la verdad me sigue imponiendo.

Tanto es así que muchas veces me dan vinos para que hable de ellos, pero en ocasiones no lo hago sencillamente porque no me han gustado, porque no he sentido lo que pensaba debía sentir…y la verdad, ni me gusta la idea de engañar al escribir, ni me gusta la de hablar mal de un vino que me han dado para que “juzgue”…

Dicho esto, os cuento que los vinos que he estado catando estos días, son de un colega, compañero y amigo de este mundo, alguien con quien tuve el placer de compartir mi etapa en Mallorca, y que en aquel momento, estaba casi recién llegado  allí como yo, a las Bodegas Bordoy, y cogiéndole el pulso a la zona, su viñedo,  su jefe y por supuesto sus vinos.

Ya han pasado mas de cinco años de aquello, y me comentó si quería catarlos, a lo que yo le respondí más o menos lo mismo que acabo de escribir. La verdad es que a pesar de habérselo dicho, yo estaba bastante convencido de que sus vinos me gustarían, primero porque tras ese tiempo, si continuas en el cargo, lo mas normal es que no lo hagas demasiado mal, segundo, porque si me los ofreció, supuse que estarían buenos, aún así, (siempre hablo en los cursos de la sugestión al catar) tenía por un lado el miedo de ser excesivamente crítico al tratarse de un amigo, y por otro lado de ser demasiado positivo por ese mismo motivo.

Llego la caja de vino, con la sorpresa de que no me envió un par de botellas, sino 6, cosa que le agradecí por teléfono y ahora hago públicamente. Mas trabajo 😉 y la posibilidad de ver con perspectiva el trabajo realizado. Pero como hablaba de la sugestión, todas y cada una de las botellas, han sido catadas primero por mi, y después compartidas con diferentes personas, entre ellas, un grupo de curso de cata con quien experimenté un poquito…

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