Ingredientes:

  • 500 gr de bacalao desalado
  • 4 dientes de ajo
  • 60 ml de leche tibia
  • 350 ml de aceite de oliva virgen extra suave
  • Queso rallado (opcional, para gratinar)

Preparación:

Ponemos un chorro generoso de aceite en una sartén a fuego medio. Mientras, picamos los ajos finamente y, cuando el aceite esté caliente, los echamos para dorarlos.

Cuando empiecen a tomar color (ojo que pasan de ese punto a quemarse en un momento), agregamos el bacalao desalado. Subimos un poco el fuego y cocinamos el bacalao hasta que suelte el agua que tiene. Con un cubierto de madera iremos desmigándolo según se vaya cocinando, que no nos costará ningún trabajo.

Vertemos el contenido de la sartén en el vaso de la batidora y trituramos. Añadiremos el aceite poco a poco (casi un hilo constante) para conseguir que la mezcla emulsiones, como si estuviéramos haciendo mahonesa. Es importante que el aceite no sea demasiado intenso porque sino la brandada de bacalao solo sabrá a aceite.

Reservamos la misma cantidad de aceite que de leche (que habremos calentado y tendremos tibia). Agregamos la leche y el aceite alternando ambos en 4 veces (leche, aceite, leche, aceite), batiendo cada vez para que se mezclen bien con la brandada. Probad por si tenéis que añadir un poco de sal.

Y ya tenemos nuestra brandada de bacalao lista. Aunque parezca poco consistente, irá cogiendo textura según se vaya enfriando.

Podéis servirla tal cual o podéis servirla gratinada para darle un toque extra. Simplemente poned un poco de queso rallado por encima (yo usé parmesano) y a gratinar hasta que esté se dore lo suficiente. Igualmente, podéis servirla en un cuenco y posteriormente repartir o en tostas individuales

Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio ‘No me comes nada’.