Ingredientes:
– 4 calabacines blancos medianos
– unos dados de queso Feta
– 2 cebolletas
– 3 dientes de ajo
– 3 cucharadas de piñones tostados
– unas ramitas de hierbabuena fresca
– sal y pimienta negra molida
– aceite de oliva

Para gratinar
– 3 cucharadas de mantequilla
– 3 cucharadas de harina
– una tacita de salsa de tomate casera
– caldo de verduras
– nuez moscada molida

Preparación:
Una vez lavados, abrir los calabacines a lo largo y se cuecen al vapor hasta dejarlos “al dente”. Se dejan escurrir bocabajo para que suelten el agua. En una sartén grande, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogamos las dos cebolletas muy picadas. Cuando estén blanditas, agregar la pulpa de los calabacines y los dientes de ajo, todo muy picado. Saltear a fuego vivo y cuando reduzca el jugo, volcamos en un bol y dejamos enfriar un poquito.

En la misma sartén, fundir la mantequilla y tostar la harina hasta asegurarnos de que no queda cruda. Agregar sal, pimienta y nuez moscada y luego, poco a poco, añadir caldo de verduras, sin dejar de mover, hasta obtener la consistencia deseada. No debe quedar demasiado espesa. Una vez hecha, agregar unas cucharadas de salsa de tomate, los piñones tostados, mezclamos y dejamos templar. Al sofrito añadimos la hierbabuena picada, el queso desmenuzado, mezclar y vamos rellenando las pieles de los calabacines. Cubrir el fondo de una fuente de horno con unas cucharadas de salsa de tomate y los colocamos, bien juntos, procurando que no se vuelquen.

Por último, napar con la bechamel y hornear durante media hora a 180 grados. Gratinar los últimos cinco minutos y servir recién hechos, acompañados de una ensalada.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.