Ingredientes:
– un pollo de corral grande
– 6 zanahorias gruesas
– un tazón de guisantes desgranados
– 2 cebolletas
– 4 dientes de ajo
– un vasito de vino de Oporto
– caldo de ave desgrasado
– una hoja de laurel
– unas ramitas de romero y de salvia
– harina para rebozar
– una pizca de pimentón
– unas hebras de azafrán
– sal y pimienta negra molida
– aceite de oliva

Preparación:
Cuando hayamos troceado el pollo, retirar la piel y la grasa, enjuagar y dejamos escurrir. Secar luego con papel de cocina, salpimentar y pasamos por harina. En la cazuela donde vayamos a prepararlo, calentar unas cucharadas de aceite de oliva y freír los ajos, sin pelar y machacados. Una vez dorados, se sacan y en ese aceite freímos los trozos de pollo, por tandas, procurando que queden bien tostaditos por todos lados.

Una vez hechos, sacar el pollo bien escurrido a un plato y retirar el sobrante de aceite de la cazuela. Bajar el fuego y sofreír las cebolletas cortadas en tiras finas hasta que se ablanden. A continuación, incorporar las zanahorias raspadas y cortadas en rodajas y los guisantes. Damos unas vueltas para que vayan tomando color, agregar el pimentón y las hebras de azafrán.

También añadimos un manojito hecho con la salvia, el romero y el laurel. Mojar con el Oporto, mover para que todo quede bien trabado y, unos minutos después, cubrir con el caldo, bajar el fuego, tapar la cazuela y cocer durante cuarenta minutos. Sacudir de vez en cuando para que la salsa quede trabada y acompañar luego con arroz salvaje.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.