¿Quién no ha soñado alguna vez con llegar a ser una ‘rock and roll star’? Además de Loquillo, hay un chef en Granada que se une a este deseo y que además imprime el espíritu de la vieja escuela en cada plan que diseña. Su último proyecto se llama Foodies y promete romper esquemas, sorprender paladares y quemar los viejos arquetipos que marcan lo que significa ser un bar en Granada.

Los ingredientes del concepto son la originalidad, el amor por la cocina, el buen gusto y todo ello con un factor unificador: los sabores orientales mezclados con recetas tradicionales como croquetas o paella. La cuestión es no parar, ese es el espíritu que lleva por bandera José Antonio López Haro un chef de mente inquieta y con una imaginación que no entiende de límites en cuanto a cocina se refiere. Un ejemplo son dos de sus platos: un trampantojo de caña de paella con aire cítrico y las croquetas ‘desmontás’, la versión local de la deconstrucción.

SUGERENCIAS: LOS CHICKEN POPS, EL SALMOREJO DE MANZANA Y LAS ALITAS SWEET CHILI

El Foodies está situado en la calle Sócrates, un avispero de bares de tapas con solera como el Bubión y con un carácter muy marcado en cuanto a gastronomía. Pues bien, José fue valiente y decidió montar en esa misma calle su restaurante e imponer su raza de chef de alta cocina.

Con experiencia en grandes fogones de Londres y con los conocimientos de cocina oriental tradicional aprendidos en Asia, además de contar con un postgrado de alta cocina de la Universidad de Barcelona, este cocinero al que le va el rock and roll a la hora de innovar también ha servido de asesor en grandes cocinas de esta ciudad.

En cuanto a sus platos y tapas, que cambian a menudo, lo más destacable es en primer lugar sus sorprendentes sabores así como su calidad culinaria y la apuesta por lo saludable en cada bocado. En cuanto a las tapas, se puede encontrar las alitas sweet chili, el salmorejo de manzana, los yakisoba, la tosta de secreto ibérico, la hamburgyoza, el humus, el disorder pie y los noodles con curry thai. Toda una apuesta cambiante en la que ningún cliente por muy asiduo que sea podrá cansarse de comer siempre lo mismo. Hablando de platos para comer o cenar, en su carta aparecen cuatro ingeniosos apartados. Los solidarios son platos para compartir, entre los que se encuentran el solomiyaki -pieza de ternera de solomillo bañado en teriyaki acompañado de noodles pad thai; las alitas teriyaki; los chicken pops y el chao fan -arroz chino frito con gambas-.

Otro apartado son los solitarios, para no compartir, donde aparecen los yakisoba de veggies; el yakiudon de ternera gambón y salsa de ostras; el tataki con brotes y tomate cherry en tempura; los huevos rotos clásicos con pimientos del padrón y el chuletón de vaca gallega. Además del ramen casero que este invierno promete ayudar a entrar en calor a los clientes del Foodies.