Cocina bajo el influjo de una barandilla
Cuando uno va de Triana a Sevilla, o viceversa, no puede evitar fijar la vista en alguna de sus barandillas y atreverse a captar lo que el enrejado deja ver detrás de sí. Su estética y la composición que se conforma cuando tras ella se observa la Maestranza o la Giralda convierten a las barandillas del puente en un bien de interés público. Y es que esas rejas tienen historia, o si no que se lo pregunten a cuatro empresarios sevillanos que, después de mucho tiempo dedicados a otros sectores –salvo uno de ellos– decidieron abrir en el Arenal un restaurante que hace un guiño a este elemento arquitectónico. De nombre La Barandilla, el espacio se encuentra en la calle Joaquín Guichot, 12.
Javier Márquez, Javier Lora y los hermanos Daniel y Santiago Bendala son amigos desde el jardín de infancia. Pasados los años de juventud cada uno emprendió un camino laboral que los mantuvo unidos gracias a su fuerte amistad y al vínculo de los cuatro con la hermandad de la Carretería. Hasta que el pasado año una película les dio la idea para emprender un proyecto los cuatro y seguir tan unidos como cuando eran unos críos. Gonzalo Bendala, primo de Daniel y Santiago, andaba por Sevilla rodando Asesinos inocentes. En una de las escenas uno de los actores se arrojaba desde el puente de Triana y para rodarla necesitaron realizar una réplica de la barandilla del puente. Cuando finalizó el rodaje, la reja tenía tanta historia que merecía ser protagonista de su propia historia. Así, los cuatro empresarios la tomaron prestada para decorar su establecimiento y cogieron su nombre para bautizar al restaurante…
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