Cocinado en televisión
Libros de recetas, revistas o coleccionables culinarios. Hasta la llegada de Internet, eran los únicos medios a los que acudíamos para conocer nuevos platos o técnicas con los que ampliar nuestros menús. Después llegaron los millones de blogs, los canales en YouTube y hasta las recetas en gif. En medio de todo eso y sobreviviendo desde hace décadas, los programas de cocina han vivido tiempos de mayor y menor éxito. En España no fue verdaderamente hasta la llegada en 1991 de Karlos Arguiñano con El menú de cada día en TVE (anteriormente tan sólo el mítico Con las manos en la masa con Elena Santonja había gozado de una importante popularidad) cuando se vio que había un público ávido de más y más recetas y cocineros delante de las cámaras.
Canal Cocina apareció en 1998 a través de las plataformas digitales; por aquel entonces, el panorama de los programas culinarios en la tele española se reducía a imitar los modos y maneras del antes mencionado Arguiñano: un par de recetas por programa, cocina sencilla y asequible para todo el mundo y sobre todo un buen comunicador al frente de todo esto. Fue la apuesta de Canal Cocina por traer nuevas caras y formatos la que insufló un poco de aire al mundo culinario televisivo (a años luz de lo que se hacía en otros países con menor riqueza culinaria que el nuestro pero mucha más tradición televisiva). Y aunque actualmente en su parrilla hay cosas buenas, otras que no están mal y otras muy, muy aburridas, sigue siendo la referencia culinaria televisiva del país, en parte favorecido por la falta de competencia.
Ese era el panorama hasta la explosión que vivimos hace unos pocos años de programas culinarios en televisiones generalistas. Cocinar delante de las cámaras ya era lo de menos y lo que primaba era la mezcla de formatos. Los ‘realities’ lo impregnaron todo y aparecieron nuevas propuestas en las que primaba la competición por ser el mejor en algo que no siempre era cocinar: Esta cocina es un infierno, Ven a cenar conmigo, Deja sitio para el postre y sobre todo el dúo formado por Masterchef / Top Chef. Ahora parece que la fórmula se va resintiendo -no en el éxito de los que permanecen en antena pero sí en el ritmo de aparición de nuevas propuestas-, podría ser una buena oportunidad para abrir el mercado a otras propuestas y formatos nacionales o internacionales alejadas los montajes efectistas o de la manida fórmula de cocinero-cocina impoluta-doble receta de la que ya lo hemos visto casi todo.
Mientras eso llega, desde Con Cuchillo y Tenedor queremos hacer un pequeño recorrido por las televisiones para dar a conocer propuestas que nos parecen interesantes, que nos llaman la atención o que directamente, no nos gustan. En la serie de entradas que publicaremos, nuestra intención no es hacer una guía completa ni ser referente de lo que debe/no debe ser un programa de cocina. Será una selección absolutamente subjetiva y que lo único que pretende es dar a conocer, para aquellos a los que interese, otros formatos, otras formas de cocinar y otras personalidades diferentes a las que estamos acostumbrados.