MasterChef Junior, la versión infantil del popular programa de cocina, triunfa entre los más pequeños de la casa. La cocina está de moda y es una buena ocasión para plantarse el delantal y disfrutar de un buen rato con vuestros hijos. Cocinar tiene muchos efectos beneficiosos: en primero lugar permite a los niños pasar un tiempo de calidad con sus padres, abuelos o hermanos; también se desarrollan destrezas motoras finas y gruesas (a la hora de remover, verter, mezclar, y triturar), destrezas matemáticas como contar y medir ingredientes, fomenta una actitud positiva y unos hábitos nutricionales saludables, les enseña a tropezar y levantarse con una sonrisa, etc.

Los niños aprenden tocando, probando, sintiendo, oliendo y escuchando. Les encantan las actividades en la cocina, ya que pueden usar todos sus sentidos. Hay muchas maneras de involucrar a los niños en la cocina. Consejos para cocinar con niños y divertirse:

¿A qué edad comenzar?
Dependiendo de la actividad requerida al cocinar, los niños de hasta 2 años podrían participar. A medida que las actividades se vuelven más complejas, los niños mayores las pueden desempeñar.

Niños muy pequeños (2 a 3 años) pueden hacer cosas como untar, amasar, romper y mezclar los ingredientes. Limpiar las mesas, llevar los alimentos de un sitio a otro, lavar y enjuagar las frutas y verduras, untar mantequillas y cremas blandas. Los niños mayores pueden realizar actividades un poco más complejas como cortar, medir los ingredientes, pelar con las manos, utilizar la batidora, etc. Cuanto mayor sea el niño más complejas serán las actividades que pueda realizar, incluyendo el uso de ralladores o cuchillos, cascar huevos o nueces y pelar verduras con un pelador. Es muy importante recordar que todas estas actividades, por muy inofensivas que nos parezcan, deben ser realizadas bajo la supervisión de un adulto.

La Paciencia
La paciencia es clave cuando se les enseña algo a los niños. Recuerda que cocinar es nuevo para ellos y como con todo lo demás, necesitan sentirse cómodos y útiles. Son niños y como tal necesitan un tiempo, lo importante es el proceso de aprendizaje, no importa cuánto tiempo empleemos, es evidente que tardaremos más que si lo hiciésemos nosotros solos.

Despierte su interés
Cocinar con los niños es una ocasión perfecta para practicar una óptima educación alimentaria. A la mayoría les gusta ayudar en la cocina, y mientras lo hacen podemos aprovechar para hablarles sobre los alimentos saludables. A los niños les seduce la comida que ellos ayudan a preparar, y ésta también es una buena forma de lograr que prueben alimentos y comidas nuevas, especialmente del grupo de las frutas y verduras.

Recetas sencillas
Las recetas deben siempre ser fáciles y relativamente inmediatas. Si hay demasiados pasos, se aburrirán.

Ir juntos a la compra
Una vez decidida la receta fácil e inmediata, lo mejor es que vayáis a hacer la compra juntos y así conseguir que se involucren desde el principio. Dejemos que elijan que variedad de alimento prefieren, así le reforzaremos el nivel de importancia de la actividad y se sentirán con más confianza.

Permite que sean creativos
Coloca a la vista tres o cuatro alimentos saludables y deje que tus hijos se inventen y preparen un nuevo aperitivo o sándwich. Utiliza alimentos que tus hijos puedan comer sin correr el riesgo de asfixiarse.

Que aprendan de los errores
Si la comida sale mal o incomible, aprovéchalo como una experiencia de aprendizaje. Enséñale que está bien cometer errores cuando se cocina, y trabaja con él o ella para intentarlo de nuevo. Es una excelente manera de mostrar perseverancia y también puede ser usado para ayudarlos a desarrollar las destrezas del pensamiento crítico, al hacerlos revisar el proceso y tratar de descubrir qué pudo haber ido mal.

No ser excesivamente exigentes
Son niños así que no pretendamos que la primera vez salgan las croquetas perfectas o unas galletas inmejorables, no debemos exigir demasiado o se agobiaran y se irán a jugar con la WII o a ver tranquilamente la tele.

Ropa apropiada
Aunque resulte algo obvio, no le pongas sus mejores galas para cocinar. Plántale un buen delantal o un babi y déjale que disfrute. En ocasiones lo más divertido para ellos será el hecho de pringarse, de tocar la masa de las galletas o usar la manga pastelera.

No elijáis siempre recetas dulces
Es una buena ocasión para adquirir hábitos saludables, podéis experimentar con frutas y verduras. Seguro que si ellos las preparan el sabor siempre les resultará más a su gusto. Hay que enseñar, desde bien pequeños, a comer sano.

La mejor forma de asegurar un futuro prometedor a vuestros niños es pasar tiempo con ellos, conocerlos y educarlos a la vez que realicéis actividades en familia. Espero que os sean útiles estos consejos y… !buen apetito!

Imagen: eshosteleriayturismo.com

Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.