Una alimentación saludable, empieza por una compra inteligente. Sin embargo esto que puede resultar tan evidente, no siempre resulta tan sencillo. Las etiquetas nutricionales son una guía rápida que informan a los consumidores sobre las ventajas y desventajas de los distintos productos. Tenéis derecho a saber que productos compráis, para realizar una elección alimentaria correcta. No sólo es importante que un alimento esté bien etiquetado sino también que los consumidores sepamos leer y comprender la información que aporta.

Existen básicamente dos tipos de etiquetado de productos, que se diferencian en su obligatoriedad y en la información que ofrecen al consumidor:

  • Etiquetado general: es la tarjeta de presentación del producto, siendo un medio de control de la seguridad y la calidad en los alimentos. Las indicaciones obligatorias de las etiquetas son: denominación de venta, lista de ingredientes, contenido neto, fecha de caducidad o fecha de duración mínima, condiciones especiales de conservación, modo de empleo, grado alcohólico, lote de fabricación, identificación de la empresa y origen o procedencia. Además, las etiquetas deben indicar claramente los ingredientes clasificados como posibles alérgenos. La mayoría de alergias alimentarias están asociadas al consumo de un grupo reducido de alimentos. Los alérgenos alimenticios más comunes son la leche de vaca, los huevos, la soja, el trigo, los crustáceos, las frutas y los frutos secos. Para ellos se han establecido normas de etiquetado que obligan a indicar su presencia cuando se incorporan a los alimentos como ingredientes.
  • Etiquetado nutricional: es toda la información que aparece en la etiqueta de un alimento en relación con su valor energético y su contenido en una serie de nutrientes como: proteínas, hidratos de carbono, grasas, fibra, sodio, vitaminas y minerales. En España, el etiquetado nutricional no es obligatorio, aunque si recomendable, salvo que se haga alguna alegación nutricional, es decir cualidad especial, por ejemplo “rico en…”, “bajo contenido en…”, “fuente de…”, etc.: en ese caso, sí es obligatoria la inclusión del etiquetado nutricional.

La información deberá expresarse por 100 g o por 100 ml. Podrá también facilitarse por porción, siempre y cuando se indique el número de porciones contenidas en el envase. La información sobre vitaminas y sales minerales también deberá expresarse como porcentaje de las cantidades diarias recomendadas (CDR). Estos son valores de referencia definidos científicamente que indica la cantidad de micronutrientes que necesita diariamente una persona sana.

Actualmente, un gran número de empresas está introduciendo en sus productos un sistema de etiquetado nutricional denominado CDO/GDA. “CDO” son las siglas correspondientes en español a “Cantidades Diarias Orientativas” de energía y nutrientes que necesitamos tomar diariamente para completar una dieta saludable. Las CDOs se basan en una dieta de 2.000 kilocalorías al día para un adulto sano y de 1800 calorías para niños entre 5 y 10 años. Este cálculo es aproximado, ya que las necesidades energéticas y de nutrientes varían en función de parámetros como la edad, el sexo, la actividad física, etc. El equivalente en inglés es “Guideline Daily Amounts” o “GDA”.

Los valores de referencia para las CDO son los siguientes:

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También debéis saber identificar los productos de bajo valor energético, aquellos que no contengan más de 40 Kcal por 100 g en sólidos 0 20 kcal en el caso de los líquidos; bajo contenido en grasa, no más de 3 g de grasa por cada 10o g de alimento, bajo contenido en azúcar, no más de 5 g de azúcar en sólidos ó 2,5 g en 100 ml. Para que sea considerado un alimento alto en fibra debe tener al menos 6 g por cada 100 g de alimento. Otros datos nutricionales importantes son: alto contenido en vitaminas y minerales que deben contener como mínimo dos veces su valor y para que sea un alimento light o reducido debe tener un 30 % menos que su equivalente.

No olvidéis de leer las etiquetas nutricionales y cuidado con los mensajes confusos y engañosos, sobre todo aquellos dirigidos a niños. El hecho de que aparezca “light”, “bajo en grasas”, “sin azúcar añadido” no significa que sean productos sanos o adelgazantes.

Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.

Imagen: ayalogic.com