Las consecuencias de la obesidad infantil no son solamente físicas, sino también psicológicas. Los niños con exceso de peso tienen más problemas de autoestima, depresión e integración que los niños con un peso normal. Los niños con sobrepeso son más susceptibles a tener problemas psicológicos y de que estos problemas persistan en la edad adulta.

Debe desaparecer la idea de que el niño regordete es una expresión de belleza y salud. Este es un concepto muy arraigado en nuestra cultura, “mira que lorzas más hermosas le salen por los muslos”, “¡está para comérselo!”. Debemos ser conscientes que el bebé “gordito” de hoy, se puede convertir en un niño o adolescente con una vida complicada. Desafortunadamente esta opinión no solo es aceptada por la mayoría de las personas, sino por algunos médicos que no le dan la debida importancia cuando la detectan. Para evitar la obesidad es conveniente que desde los primeros meses de vida los niños adquieran buenos hábitos de alimentación.

Consecuencias psicológicas

Algunos de los problemas psicológicos más comunes de los niños obesos son:

  • Baja autoestima: la “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida. Cuando una persona tiene baja autoestima suele describirse en términos negativos y cree que no es tan bueno como el resto de las personas. Esta autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. Un niño que siente rechazo por ser obeso puede tener muy baja autoestima y arrastrarla hasta la vida adulta.
  • Percepción negativa de la imagen corporal: el concepto imagen corporal es “la imagen que forma nuestra mente del propio cuerpo; es decir, el modo en que nuestro cuerpo se nos manifiesta”. La imagen corporal preocupa a edades cada vez más tempranas e incluso cada vez se dan trastornos de la conducta alimentaria a edades más jóvenes. Si el ideal de belleza impuesto es la delgadez ¿qué pasa con los niños y niñas que no cumplen con los criterios ideales que marcan nuestra sociedad? 
    Un niño de 6 años ya ha aprendido las normas de atracción cultural, de ahí que los niños con sobrepeso son los últimos en ser elegidos como compañeros de juego y son objeto de bromas pesadas. Están sometidos a un continuo estrés ambiental. Esta condición se exacerba en los adolescentes en los que coincide con los cambios físicos propios de su edad. Los adolescentes fundamentan en gran parte su autoestima en la aprobación de su propia corporalidad. Según las encuestas, nueve de cada diez niños obesos se sienten avergonzados de su aspecto y creen que si pierden peso dejarán de ser objeto de burlas.
  • Depresión: para algunos niños, la tristeza y el aislamiento causados por el rechazo puede derivar en depresión. La depresión es una enfermedad seria que implica trastornos químicos en el cerebro y tiene que ser tratada. Los niños no pueden resolver este problema por sí solos.

En el tratamiento de la obesidad la prevención es prioritaria ya que una modificación en los hábitos de alimentación, el estimular la actividad física y un soporte emocional son los pilares fundamentales, para lograr con un tratamiento integral su eficacia a corto y mediano plazo. En esta prevención, así como en el tratamiento, se debe involucrar a diferentes profesionales como pediatras endocrinos, nutricionistas y psicólogos con un abordaje de tratamiento de trabajo grupal en educación para la salud, con la aplicación de estrategias cognitivo- conductuales y un enfoque familiar sistémico.

Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.

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