“Enseñar a comer es enseñar a crecer”. Los hábitos de vida saludable son la clave para luchar contra el sobrepeso y la obesidad infantil. Puede mostrar a su hijo el camino para poder conseguir el éxito. He intentado resumir en diez puntos aquellos aspectos que me parecen trascendentales para lograr instaurar una alimentación saludable.

No saltarse ningún tiempo de comida
Solemos pensar que si nos saltamos una comida podemos adelgazar más ya que nos estamos ahorrando estas calorías. Aunque parezca contradictorio una persona que se salta algún tiempo de comida, o que hace tan sólo dos comidas principales, tiene más probabilidades de tener sobrepeso que otra que realiza cinco comidas al día.

La mejor forma para mantener un peso adecuado y saludable a medio y largo plazo es no pasar hambre y esto lo conseguimos realizando cinco comidas diarias. Saltarse comida provoca ansiedad y los riesgos de comer con ansiedad son:

  • Comer demasiado deprisa
  • Perder el control sobre la comida
  • No saborear los alimentos
  • Ingerir más calorías de las necesarias.

Desayunar cada mañana
El desayuno es el tiempo de comida más importante del día, llevamos muchas horas de ayuno y es necesario para reajustar nuestro perfil metabólico. Una ausencia de este tiempo de comida ha sido relacionada con un menor rendimiento académico y físico durante las horas de la actividades realizadas por la mañana. La influencia del desayuno en la obesidad infantil ha sido muy estudiada. Una gran mayoría de niños que tienen problemas de peso no desayunan o bien su desayuno es muy pobre.

A media mañana a la hora del patio el bocadillo es la mejor opción
Para que vuelva a recobrar las energías, aún le quedan unas horas con el profesor antes de la comida, así que tiene que comerse su bocadillo. No substituirlo ni por bollería ni por una fruta. El bocadillo es el tentempié perfecto, el pan le va a ayudar a no pasar hambre hasta la hora de comer. No le des un zumo para acompañar, si quiere beber algo dale agua.

Incluir en todas las tomas hidratos de carbono de absorción lenta
Los hidratos de carbono nos ayudan a mantener nuestras reservas de glucosa, hasta el siguiente tiempo de comida y favorece también no pasar hambre fisiológica, así como evitar atracones.

Hidratos de carbono de absorción lenta: pan, cereales (sin azúcar), galletas (tipo María), pasta, patata, arroz y legumbres.

Controlar la cantidad de aceite
El aceite de oliva como fuente de grasa es muy saludable pero lo cierto es que 1 gramo de aceite de oliva o de cualquier otro tipo de aceite aporta 9 Kcal por gramo. No utilizar más de tres cucharadas soperas al día (cada cucharada sopera de aceite aporta 90 Kcal). Utiliza técnicas culinarias sencillas (plancha, horno, vapor…)

No picar entre comidas
Si no nos saltamos ningún tiempo de comida y las hacemos correctamente, es decir, de una forma sana, completa, variada y equilibrada, con hidratos de carbono de absorción lenta esa ansiedad de comer que se despierta en tu hijo no es hambre. Puede ser cansancio, aburrimiento, tristeza… ¡Habla con él!

Aprende a leer etiquetas nutricionales y cuidado con los engaños publicitarios
La industria alimentaria en muchas ocasiones se enriquece engordando y adelgazando a la gente. ¡Cuidado con la palabra light o ligero, bajo en grasas (pero no en azúcares) 100% natural…!

Estilo de vida activo
Debemos realiza diariamente un mínimo de 30 minutos de ejercicio moderado (subir escaleras, caminar, sacar a la mascota, etc.). Y además practicar un deporte estructurado 2 o 3 veces por semana.

Es recomendable asociar dos objetivos complementarios:

  • Aumentar el ejercicio cotidiano, es decir, reducir la inactividad.
  • Llevar a cabo una actividad física programada.

Convertir las comidas en familia en actos sociales mejorando la comunicación en la mesa
No discutáis ni habléis de problemas, ni de comida ni del peso corporal. No comer con la radio o la TV que dificulta la comunicación.

Enséñale a manejar sus emociones
La alimentación está íntimamente relacionada con las emociones. Una buena alimentación nos ofrece las mejores condiciones para llevar una actividad diaria intensa o, en el caso contrario, ser una causa de estrés añadido que nos desestabiliza. La comida en muchas ocasiones llena un vacío, pero lo llena de forma momentánea y temporal, porque la comida no puede suplir ni eliminar el dolor, la tristeza, la angustia, las pérdidas, la soledad, el desamor, la rabia por una injusticia, etc. Así no sólo no estamos solucionando el problema sino que estamos añadiendo otro a nuestro malestar. Ante un problema hay que buscar soluciones.

Mi consejo para los padres que quieren inculcar unos buenos hábitos alimentarios en sus hijos es: tener paciencia, dedicar el tiempo suficiente y predicar con el ejemplo.

Imagen: guiamedica.hn
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.