Cómo se cata un vino
Aprovechando que ya hemos comentado como es una ficha de cata, con las limitaciones que tiene, os voy a contar como, bajo mi punto de vista, se debería catar un vino.
Para empezar, sería interesante no tener complicaciones en la cabeza, no estar pensando en diez mil cosas a la vez, sino estar relajado, tranquilo y dispuesto para concentrarnos en lo que vamos a hacer, como dice la frase griega “Age quod agis”…haz lo que hagas, y (si puedes) hazlo bien…. et bene agis. Cata con un poco de hambre, en un sitio iluminado y a ser posible, muy recomendable hazlo con un fondo blanco.
Trata de abstraerte, intenta pensar únicamente en el vino que vas a tomar, olvídate de la botella, de la copa, del ruido y concéntrate en apreciar qué te dice ese vino. ¿Primero con la vista, qué color tiene? Siempre nos deberán decir qué estamos catando, si es un vino joven, un vino con crianza, generoso, espumoso…para así tratar de juzgarlo en función de eso mismo que es.
Qué color tiene, nos preguntaremos, ¿Es acorde al color que le debería corresponder? Con ese tipo de vino que estamos catando. Pensaremos en la intensidad que tiene, en el tono de su ribete en comparación con el centro de la copa (seno), en su capa si es un tinto, en su brillantez si es un blanco…y ensamblando todos estos conceptos, decidiremos si el color es el óptimo o si deja que desear. Además nos empezaremos a hacer una idea sobre lo que nos asaltará a continuación en nariz e incluso si ya somos experimentados en lo que probablemente encontraremos después en la boca…
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