La compra de alimentos es una de las grandes inversiones que realiza una familia al mes. La manera de comprar los alimentos va cambiando progresivamente debido a los diferentes cambios sociales, familiares, la incorporación de la mujer al mercado laboral, cambios tecnológicos, etc. Por esta razón solemos realizar una o dos compras grandes mensuales. La compra diaria en pequeñas tiendas y supermercados es cada vez menos frecuente. Realizar la compra no es una tarea fácil, con unas cuantas indicaciones se puede ahorrar tiempo, dinero y obtener productos de buena calidad.

Elegir el establecimiento de compra

  • Higiene
  • Correcta manipulación por parte del personal
  • Condiciones de exposición, venta y conservación
  • Buena relación calidad/precio
  • Variedad de ofertas

Planificar el menú

  • Siempre que puedas planifica diaria o semanalmente, tratando de incorporar variedad de alimentos y respetando las raciones aconsejadas, así como la frecuencia recomendada de consumo de alimentos. Si tenéis hijos en edad escolar, puede resultar útil planificar el menú a partir del menú escolar, de forma que asegures un adecuado equilibrio en la alimentación de vuestros hijos
  • Revisa tu despensa. Antes de planificar la compra, debemos estar seguros de lo que tenemos para evitar comprar algo que tenemos en suficiente cantidad.
  • Haz una lista de alimentos a comprar. Es muy importante elaborar una lista con los alimentos que vamos a comprar. A ser posible, separar los alimentos de la lista en 3 bloques: no perecederos, frescos y congelados; así podemos comprarlos en el siguiente orden: no perecederos, frescos y congelados. Comprando los congelados al final, se evitan pérdidas de calidad de los productos.
  • Compara marcas y precio. No siempre el alimento más caro es mejor que el más económico. Presta atención a las marcas blancas. En la mayoría de las ocasiones, las denominadas marcas blancas se encuentran exactamente al lado de sus homólogos “de marca”. Puede resultar útil perder unos instantes comparando ambos. Algunos trucos permiten identificar a ambos como la misma marca; comprueba el número de R.S.I. y/o la dirección. A veces esto permite asegurarnos que la marca blanca es otra que es exactamente una que nos gusta o que tiene un valor nutritivo adecuado, pero que simplemente es más barata.

Comprando alimentos

  • Establecer una secuencia de compra: primero los no perecederos, luego los frescos y por último los congelados.
  • Los congelados deben transportarse en una bolsa especial isotérmica siempre que la llegada a casa no se produzca en un tiempo corto.
  • Aislar los alimentos de olores, sabores y luz del sol directa.
  • Reconocer la frescura de las carnes, pescados, verduras, frutas…
  • Comprobar la completa integridad de los envases y su contenido en caso de que éste sea visible. Desechar los envases abollados, oxidados y rotos.
  • Los productos más pesados, deben colocarse en el fondo de la cesta o carro para evitar que dañen a los más ligeros.
  • No mezclar alimentos con productos de limpieza y desinfección.

Leer las etiquetas de alimentos
La etiqueta es una garantía de seguridad, ya que indica datos veraces sobre el producto. Han de ser claras y comprensibles y contener la siguiente información:

  • Nombre del producto
  • Nombre y domicilio del fabricante o envasador. En caso de productos procedentes de otros países de Europa, deberá indicar el nombre del vendedor.
  • Lista de ingredientes
  • Contenido neto: peso o volumen
  • Fecha de consumo preferente o de caducidad

Dependiendo del producto, puede incluir: condiciones especiales de uso y conservación, forma de presentación comercial, grado alcohólico, país de origen, otras cualidades nutricionales o alimenticias, modo de empleo, clase o tipo de canal de procedencia y denominación comercial de la pieza, en la carne de vacuno.

Consejos para seleccionar alimentos de calidad

  • Lácteos: preferir lácteos desnatados; son más bajos en grasa y colesterol. La leche pasteurizada puede conservarse abierta en la nevera hasta 48h.
  • Carnes: preferir cortes con poca grasa. Puede consumir carne de cerdo de cortes también magros como lomo o solomillo. Evite cortes grasos (secreto, presa, chuletas), embutidos, beicon y tocino.
  • Aves: verificar la fecha de envasado, empresa, sello inspección sanitaria. Color uniforme (blanco o ligeramente amarillento -en este caso la pigmentación se debe a que se ha alimentado con maíz-). La piel no será pegajosa, los muslos estarán bien provistos de carne y los ojos serán brillantes. Manchas en la piel, la carne o el cuello son indicativos de que la pieza no es fresca.
  • Pescados: características de calidad son: escamas unidas entre sí, brillantes y no viscosas, piel húmeda, sin arrugas ni manchas, ojos transparentes, brillantes, con el iris no manchado de rojo, branquias rojo intenso, húmedas, brillantes, con olor suave
  • Frutas: compre sólo las que necesite y pueda almacenar adecuadamente en la nevera. No se deje llevar por ofertas con grandes cantidades. Compre fruta de temporada: es de mejor precio y sobre todo calidad. Así, en primavera y verano se pueden comprar en el mercado las más refrescantes y ricas en agua como la fresa, la sandía o el melón. En otoño, aparecen frutas más energéticas y ricas en azúcares como la uva, aumentando en invierno la oferta de frutas cítricas como las naranjas, ricas en vitamina C. Verifique buen color, sin abolladuras, agujeros, manchas o señales de deterioro. Los cítricos, cuando pesan poco, suele ser por carencia de pulpa y/o jugo: intente rechazarlos.
    En las cajas o etiquetas debe figurar:

    • Denominación del producto y variedad (ejemplo: manzana Granny Smith)
    • Origen (lugar de cultivo)
    • Categoría: extra (rojo); 1ª categoría (verde); 2ª categoría (amarillo) y 3ª categoría (blanco). La categoría viene determinada, entre otros aspectos, por el tamaño, la uniformidad de las piezas, el porcentaje de imperfecciones, la rugosidad, los cambios en el color, etc.
  • Verduras y Hortalizas: aproveche las verduras de temporada. Prefiera las frescas y ya maduras, sin señales de deterioro o magulladuras. Como con las frutas, no compre si no dispone de sitio suficiente para almacenarlas. Evite compra de verduras en mal estado: retirar la parte estropeada no resuelve el problema, ya que puede haberse extendido a otras partes y otros vegetales. Manéjelas con cuidado.
    • Alcachofas: Hojas gruesas y compactas, tallo no muy grueso ni duro. Rechazar: Hojas rotas, blandas en la base, partes pardas
    • Berenjenas: Color morado oscuro, firmes, pesadas, piel suave y uniforme. Rechazar: Color poco lustroso, blandas, resecas, manchas oscuras
    • Brócoli: Firmes, flores pequeñas, compactas, tallo no muy grueso ni duro. Rechazar: Flores abiertas, marchitas, amarillentas, manchas oscuras o partes acuosas
    • Espárragos: Puntas cerradas y compactas, tallo tierno y redondo, verde brillante. Rechazar: Puntas abiertas o extendidas, tallos con estrías, tierra en las escamas del tallo
    • Judías verdes: Color brillante, vainas frescas y firmes. Rechazar: Vainas flojas o blandas
    • Lechuga, escarola, espinacas, acelgas: Hojas frescas, intactas, color verde brillante oscuro. Rechazar: Hojas ásperas, tallos toscos, fibrados, color verde amarillento
    • Patatas: Firmes, libres de defectos, en buen estado general. Rechazar: Con cortes, golpes, brotes, arrugas o partes verdes
    • Pepino: Firmes y de color verde oscuro. Rechazar: Diámetro muy ancho, color amarillento, extremos marchitos o resecos
    • Remolacha: Firmes, redondas, carnosas, rojo oscuro, superficie suave. Rechazar: Blandas, alargadas o de piel escamosa
    • Tomates: Maduros, de piel lisa, sin defectos. Rechazar: Demasiado blandos, con magulladuras, áreas verdes o amarillas cerca del tallo, partes blandas, acuosas u hongos
    • Zanahorias: Bien formadas, suaves, de color uniforme. Rechazar: Parte superior “quemada”, blandas, con manchas

Imagen: blogdebelleza.net

Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.