Croquetas de jamón (aptas para celíacos) – receta
Ingredientes:
– ½ litro de leche entera
– 60 g de maicena
– 100 g de jamón picado
– Huevo
– Pan rallado
– Sal, pimienta y nuez moscada
Preparación:
La base de la receta es una bechamel sin gluten bien espesa. La receta detallada de la misma podéis consultarla en este enlace aunque si seguís leyendo no os perderéis ningún paso. Ponemos una sartén a fuego medio y echamos el jamón serrano picado para saltearlo un poco. Mientras tanto, desleímos la maicena en la leche removiendo bien para no dejar ningún grumo. Cuando veamos que el jamón empieza a coger un tono más oscuro incorporamos la leche con la maicena en la sartén, con un poquito de sal, pimienta y nuez moscada, y removemos constantemente hasta que la bechamel espese. Retiramos del fuego, vertemos en un recipiente y dejaremos enfriar a temperatura ambiente.
Una vez tengamos la masa lista nos podemos poner manos a la obra. Vamos cogiendo trozos de masa y les damos la forma deseada: la típica forma ovalada, cuadrada, redonda (más fácil), etc. Pasamos la croqueta por pan rallado, luego por huevo y de nuevo por pan rallado. Intentad que todas las porciones sean de un tamaño parecido para tener unas croquetas iguales. Si utilizáis un pan rallado sin gluten, estas croquetas son aptas para celíacos ya que la bechamel tampoco lleva gluten al estar hecha con harina de maíz (en mi caso, el pan rallado que aparecen en la foto sí lleva gluten). Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra, por lo menos que cubra la mitad de la croqueta, y la calentamos a fuego fuerte. Con el aceite caliente, vamos echando las croquetas en el mismo, sin echar demasiadas para evitar que baje la temperatura del aceite. En una sartén mediana, yo suelo freír unas 5-6 croquetas a la vez.
Si el aceite no llega a cubrir toda la croqueta, os recomiendo que vayáis dándole la vuelta cada poco tiempo, no dejéis que se fría completamente por un lado y luego por el otro ya que, con bastante probabilidad, esto hará que la croqueta acabe abriéndose y desparramando la bechamel. Queremos nuestras croquetas de jamón enteritas. Según vayamos friendo las croquetas, las dejamos escurrir sobre un papel absorbente para que suelten el exceso de grasa que tengan y no nos queden aceitosas.
En cuanto se enfríen un poco ya podéis disfrutar vuestras propias croquetas de jamón caseras. Y simplemente deciros que no os desesperéis si a la primera no os salen de lujo, es una receta a la que se va cogiendo el truco con la práctica (os confieso que yo las hago con esta bechamel porque a la bechamel normal no le tengo cogido el truco aún…)
Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio “No me comes nada“.