Ensalada de tomate cherry marinada en zumo de granada y soja con trucha y queso de cabra con un vino dulce viofnier para ensalzar el contrapunto agridulce. Ésta fue una de las propuestas gastronómicas que ayer ofrecieron la sumiller Mara de Miguel y el cocinero Jesús María González en la plaza de abastos de La Corredera, una iniciativa que repiten todos los sábados al mediodía para enseñar a comer y a beber. La iniciativa gastronómica atrajo a un buen número de clientes del mercado, que pudieron comprobar los conocimientos de ambos expertos y degustar platos tan elaborados. La otra propuesta que ofrecieron ambos fue el plato de sushi, paella y flamenquín, acompañado, en este caso, con un tinto de Montilla y también con un fino. Según De Miguel, la comida asiática “va bien con vinos generosos”.

González lleva cinco años metido de lleno en el mundo de la cocina y destacó la importancia y la necesidad de saber qué vino elegir para poder disfrutar cada comida. A su juicio, un buen caldo “puede ayudar a redondear cualquier plato”. El joven cocinero, que se ha formado con ilustres de los fogones como Juan Mari Arzak o Ferran Adrià, incidió en que este tipo de iniciativas “es una nueva forma de llegar a la gente”. González, que el próximo año pasará a ser el jefe de cocina del restaurante Fusión by Sojo -en la plaza del Potro y que contará con el asesoramiento del cocinero Kisko García-, hizo hincapié en “el problema de la cocina de Córdoba” y en las peticiones de los clientes locales, que no quieren sorpresas a la hora de la comida. Para este joven cocinero, el fallo no es otro que hace falta correr riesgos y probar sabores nuevos. “Los clientes no se arriesgan a la hora de comer y siempre se pide lo mismo, por eso, cualquier cambio o innovación hay que hacerlo con tiento”, consideró. A pesar de todos los intentos por innovar en la gastronomía cordobesa, continuó, “aquí cuesta mucho más que en otras ciudades”. Como ejemplo destacó el caso de cambiar la guarnición del salmorejo y, en lugar de jamón ibérico y huevo duro, ofrecer queso de cabra y remolacha. Habrá que probar.