Delicatessen con sabor musulmán
El argelino Lies Benaissa estudió informática en la universidad de su país. Habla francés, árabe y español, y regenta la tienda de ultramarinos Chilab en la avenida de Italia de la capital onubense. El local está abierto mañana y tarde, y su esfuerzo en esta época del año es el doble, pues al intenso calor se suman un ayuno de comida y bebida hasta el fin de la jornada.
El Ramadán es el periodo religioso más importante para los musulmanes, en él se conmemora la revelación del Corán a Mahoma, y durante 30 días los practicantes de la religión musulmana realizan un gesto de solidaridad con los que no tienen nada que llevarse a la boca, en un sacrificio que supone privarse de beber agua y comer desde que sale el sol hasta que se pone, horas en las que también está prohibida la práctica del sexo y hacer ostentación de riqueza. Además, se debe intentar siempre buscar el bien del prójimo y evitar cualquier acto que dañe a los demás. Siguen un calendario en el que cada año se va retrasando diez días dicha celebración. “Nos esperan tres años más de sacrificio en verano” señala Benaissa, que reconoce que las privaciones pesan más en esta época, cuando los días son más largos y el calor es sofocante. “La compensación también es mayor, al recordar que lo haces por Dios y por la gente pobre”, afirma el encargado del local de comestibles. “Es como un mantenimiento de la persona, como un coche al que hay que cambiar el aceite” nos explica, tratando de hacer ver cómo viven en su familia esta costumbre religiosa. “Nosotros somos personas que creemos en Dios y paramos de comer para pensar en la gente que no tiene nada, no porque sea una obligación ni porque sí, es una forma de mantener el cuerpo y el espíritu cada año”, nos cuenta Benaissa, “no es algo para martirizar a nadie” añade.
Lo que más se compra durante los días que duran las cenas que siguen al ayuno son los dátiles y la leche fermentada, “así lo dice nuestro profeta Muhammad, que se debe romper el ayuno con estos dos alimentos” apunta Benaissa, que resalta la riqueza en calorías y el sabor dulce de esta fruta. El despliegue de carne en el establecimiento es siempre de tipo halal, que hace referencia al modo de sacrificar y cortar al animal: éste debe estar orientado hacia la Meca, y se le realiza un corte seco, limpio e inmediato, con el que el animal se desangra de tal forma que la consistencia de su carne resulta especialmente tierna, según nos comenta el encargado; “muchos españoles la prueban y vuelven para comprarla por su sabor diferente, el cordero es el más solicitado”.
El comerciante argelino, que en sus primeros años en España tuvo que trabajar en el campo, busca lo mejor para su negocio, vendiendo productos que en otros establecimientos no se encuentran, como son las Sopas Harira (con fideos y garbanzos), zumos, refrescos, frutos secos, especias, dulces árabes y productos típicos Marroquíes . “Si algún cliente viene buscando algo que no encuentra, yo busco la forma de conseguirlo”.
Chilab
avenida de Italia
Huelva
Fuente: Nuria Hierro, Huelva Información