El 80% del aceite vendido como virgen extra podría no serlo
Los aceites que se venden en al consumidor a dos o tres euros bajo la calidad Virgen Extra se corresponden a productos Virgen. La crisis del sector ha producido que se devalúen los precios y el producto, vendiéndolo de seis euros a la mitad o inferior, según Juan Antonio Morillo Ruiz, director gerente de Oleomorillo S.L. y productor y divulgador en el centro Cultural Basilippo y La Oleoescuela, que destaca que “el 80 por ciento de los aceites vendidos en grandes superficies y etiquetados como virgen extra no lo son”.
Morillo Ruiz, que participa en el seminario El arte de la cata del aceite de Oliva Virgen Extra. Usos y maridaje de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en Carmona (Sevilla), asegura que mezclar cosechas de distintos años o no seguir el proceso de recolección, tratamiento y limpieza que requiere la oliva para la calidad virgen extra produce “que se venda un producto que no se corresponde con lo que dice el etiquetado”.
Según este experto, existen estudios que demuestran que el proceso de producir un Aceite de Oliva Virgen Extra, supone para el agricultor un coste superior a cuatro euros, tras lo cual “tiene que envasarlo, venderlo y que la superficie ponga su margen”, por lo que advierte de que “barato es imposible venderlo bueno”.
En una entrevista para asegura que el problema está en la sociedad que “no sabe diferenciar entre un aceite Virgen Extra, que es un aceite sin defectos que huele bien y tiene aroma, con uno que tiene algunos defectos y un aroma más rancio y más avinagrado”. Para distinguirlos propone fijarse en el olor, pues “el color no importa”, enfatiza.
Para potenciar el consumo de calidad del producto apuesta por la gastronomía y los restaurantes. “Llevar una botella etiquetada y que se ofrezca probarlo con un poco de pan o hacer recetas con diferentes tipos de virgen extra” son apuestas para lanzar el sector sin suponer un coste añadido para los establecimientos, ya que servir “10 mililitros de aceite de uno súper caro que valga 20 euros el litro, al restaurante le sale 20 céntimos frente a otros aperitivos con salmorejo y una gamba, que es mucho más caro”.
Que huela a hierba, almendra, plátano o tomate es sinónimo de “calidad”, debido a los componentes aromáticos que conserva con otros frutos frescos. En este sentido, propone un aceite amargo y picante para una barbacoa o una pasta, mientras que para un pescado uno aromático y suave. “Aquello de comprar un aceite para todo el año es un mal invento”, asegura el experto ya que existen multitud de tipos.
Apostando por la salud del consumidor, advierte que la calidad de los aceites afecta en el bienestar y “un Virgen Extra favorece la salud”. Reutilizar el aceite de girasol al freír, dice “es cancerígeno”, mientras que un de máxima calidad se puede usar “hasta 7 veces”. El de semilla o girasol, “no” puntualiza, porque tiene “su punto de humo en torno a los 100 grados” y una vez sobrepasada esa temperatura es “malísimo”. Sin embargo “un extra tiene su punto de humo entre 180-200 grados” pudiéndose emplear con seguridad más veces.
El curso El arte de la cata del aceite de Oliva Virgen Extra. Usos y maridaje que se imparte en el Centro Olavide en Carmona hasta este viernes, pretende concienciar a la población de la importancia del “buen consumo”, analizando diferentes aspectos para distinguir “lo que nos están sirviendo”.
Para conseguirlo, el seminario plantea tres catas al alumnado, “en una vamos a hacer una comparativa con diferentes tipos de grasa: de semillas, oliva de orujo, maíz, girasol; en la segunda, una comparativa de uno bueno y otro con defecto para que la gente lo asimile y en la tercera, se probarán 10 tipos de aceite, unos vírgenes y otros extras” para lo que persigue crear “una cultura en torno al aceite, la presentación o los precios” explica Juan Antonio Morillo Ruiz, coordinador del seminario.
Fuente: Europa Press