El aroma del chocolate puede ser, además  de un regalo para el olfato, un excelente arma de mercadeo, según un  estudio divulgado por la universidad de Amberes.

De acuerdo con el estudio realizado por Hanne Rodrigus, estudiante  de doctorado en ciencias de la comunicación de ese prestigioso centro  universitario belga, el aroma del chocolate puede tener poderosos  “efectos secundarios”. 

Para su tesis, Rodrigus eligió al azar una librería de Amberes,  donde disimuló varios frascos con un concentrado de chocolate y  alcohol.

“El efecto fue inmediato y curioso. Casi todos los clientes,  independientemente del sexo, raza o edad, mostraron una marcada  tendencia a buscar libros de literatura o novelas de temáticas  románticas”, explica Rodrigus al periódico. Cerca de 200 clientes  fueron sometidos a esta prueba, sin que ellos lo supieran de  antemano.

Otra tendencia de este curioso experimento, de un mes de duración,  es que, aparte de buscar libros de temas románticos, los clientes  preguntaban “por libros de cocina”.  Las ventas de libros centrados en esas dos temáticas en la  librería en cuestión, cuyo nombre no fue revelado, “aumentaron  considerablemente”.

Desde hace tiempo se conoce el efecto del chocolate como  afrodisíaco o antidepresivo, pero hasta la fecha no se había  estudiado su efecto como “potenciador” de ciertas conductas en  hábitos de compra. 

DPA