Las fiestas navideñas están a la vuelta de la esquina pero desde hace ya varios meses podemos encontrar uno de los principales productos de estos días: el mantecado y sus derivados. La ruta que le proponemos hoy está marcada por estos típicos productos navideños, pero nos centraremos en los llamados dulces de los conventos. A través de esta ruta conocerá los principales lugares de Andalucía donde las manos expertas de las monjas elaboran de manera artesanal y con recetas centenarias, los mantecados, dulces y polvorones que llegan a la mesa por Navidad. Déjese envolver por el clásico aroma del mantecado.
La primera parada la haremos en tierras granadinas, en el convento de Santa Catalina de Zafra. Este inmueble se ubica en la Carrera del Darro. Las monjas dominicas son las responsables de hacer todo tipo de productos de repostería. Venden polvorones, mantecados, roscos de vino, cordiales, -mazapanes rellenos de cabello de ángel- y carines, rellenos de batata, que es su especialidad en Navidad. Además, durante todo el año, su dulce más querido es una tarta llamada Gloria que realizan por encargo.
Málaga también tiene fama por los dulces de los conventos. En Antequera, se sitúa el Convento de San José, en la plaza de las Descalzas de la propia localidad. Las religiosas de la orden de las Carmelitas Descalzas preparan bienmesabes, polvorones, roscos, mantecados de aceite, alfajores y, sobre todo, una exquisita torta de polvorón llamado El Antequerano, un producto muy demandado que las monjas elaboran a partir de una antigua receta que han sabido custodiar desde el siglo XVII. También en Antequera son famosos los dulces que elaboran las religiosas de la orden de las Clarisas del convento de Belén, en la calle del mismo nombre.
Sevilla también ofrece dulces conventuales de gran tradición. En la capital son muy conocidos los productos de repostería que las religiosas Dominicas elaboran artesanalmente en el convento Madre de Dios de la Piedad, en el antiguo barrio de la Judería, en la calle San José. Cordiales, almendrados, dátiles rellenos de mazapán o empanadillas rellenas al horno son algunos de los dulces que se pueden adquirir en este convento, además de sus especialidades, que son los naranjitos sevillanos, los avemaría y los bocaditos árabes. El convento de Santa Florentina, en Écija, también destaca por sus mantecados, dulces de almendras, polvorones, roscos y muchos más, entre los que se incluyen unas fabulosas magdalenas.
Y por supuesto, otra parada obligatoria es Estepa donde una de sus principales actividades económicas es la industria del dulce navideño. Las diferentes empresas de mantecados ubicadas en esta localidad producirán alrededor de 20.000 toneladas de mantecados, que se distribuirán por todo el mundo. Asimismo, la fábrica La Estepeña cuenta en el interior de sus instalaciones con un museo dedicado a la elaboración del mantecado.