El futuro del vino, ¿en los helados?
Los amantes del vino están de enhorabuena. Si comer para ellos es un gusto en tanto en cuanto es la hora en la que pueden degustar un buen vino blanco, tinto, rosado, achampañado, o cualquier otro dependiendo del plato, ahora el postre puede convertirse en una delicia con la llegada de los helados de vino. Los estadounidenses Bret Birnbaum y David Zablocki han puesto en marcha una idea en la que se une el placer del postre con el pecado del vino, materializado en la revolucionaria idea Wine Cellar Sorbet. Esta empresa con sede en Brooklyn comercializa sorbetes con un contenido alcohólico de unos 5 º con nueve sabores o reminiscencias vinícolas:
Cabernet Sauvignon, que describen como un vino tinto clásico con toques afrutados y recuerdos a mora, y que recomiendan tomar con chocolate; Champagne, que han elaborado con el sabor de la bebida y un toque de limón y que recomiendan tomar con láminas de fresa; Mimosa, con sabor a naranja y champán; Pinot Noir, con arándanos ideal para mezclar con tarta de queso; Riesling, semidulce con sabores a manzana y peras; Rosé, vino rosado con sabor a fresas y recuerdos a flores; Ruby Port, sabor a oporto y cerezas secas, y que recomiendan mezclar con chocolate amargo;y los helados preparados a base de sabor a Sake y Sangría.
La empresa aun exporta sólo en el ámbito estatal de los Estados Unidos, Canadá y México, aunque anuncian una pronta salida al mercado internacional desde su página web.
La extravagancia está servida. Es posible que en un futuro no muy lejano, la idea prolifere y se extienda a otras bebidas y sea habitual entre los amigos quedar para tomar unos helados de White Label con Cola, un polo de Gin Tonic, o porqué no, uno de los Wine Cellar Sorbet.