La cata de los sentidos… vista, olfato, gusto… entonces no cuentan los otros, oído y tacto… ya… Pero bueno, pensemos, ¿para qué nos sirven estos en definitiva? Cada uno de ellos nos hablará de lo que será la sensación global, que nos servirá para juzgar lo que finalmente nos producirá un placer en mayor o menor grado, o a las malas una sensación poco agradable…

Entonces, si lo pensamos, qué diferencia hay entre una cata de vino, de carne, de turrón de agua, o yendo mas lejos, de cualquier otra cosa… de una película, de un discurso, de una canción… y he de ahí donde va mi post de hoy… Venía en el coche de una comida con unos amigos, habiendo disfrutado de un exquisito puré de lentejas, y un magnifico pollo asado con ensalada aderezada con una salsa digna del paladar más exquisito y una extraña combinación de pimientos rojos en tempura que quitaban el sentido. Todo ello acompañado de un vino ya muy familiar para mí, vino tinto de Ronda crianza, Altocielo. Una comida la mar de agradable y una conversación aún mejor…

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