El papel de los abuelos en la alimentación infantil
Manuel es un chaval de 8 años, de cara abotargada, mejillas sonrosadas y perfil grueso. Es un niño tranquilo y un poco tímido. Acude a consulta para solventar el problema del sobrepeso. Cuando hablamos de tratamiento dietético, sus padres vuelcan las culpas a los abuelos. “¡Es que con mis padres es imposible! ¡Tienen la nevera llena de natillas! ¡Por más qué se lo expliquemos no hay manera!”
Manuel es hijo único y pasa la mayor parte del tiempo al cuidado de sus abuelos, ayuda importantísima que les prestan a sus padres cargados de trabajo y ayudándoles a sacar adelante esa maldita hipoteca y a cuadrar las cuentas domésticas. Son muchos los abuelos que a lo largo de todo el año, o durante el periodo vacacional, ante las obligaciones laborales de los padres se quedan al cuidado de los nietos. En muchas ocasiones ellos son los que preparan las comidas, les llevan a las actividades extraescolares o al parque y les preparan las meriendas. Como es natural tienen unas costumbres alimentarias muy arraigadas influenciadas quizás por una historia personal bastante dura o por una postguerra que pasaron hambre. Las abuelas, que suelen ser las encargadas de la alimentación, son conscientes de la importancia que tiene la alimentación en el crecimiento y la salud de sus nietos. Las sanas costumbres que tienen las abuelas en la cocina basadas sobre todo en la dieta Mediterránea, son las que deberían aprender sus hijos y poner en práctica con los más pequeños. Dar ejemplo es un valor esencial en la educación de los niños. Pero los abuelos, a menudo, también tienen unas costumbres no siempre sanas, por ejemplo:
- Desconocimiento de ciertos temas relacionados con la alimentación infantil y ciertos mitos alimentarios. Hay muchos mitos que carecen de fundamento científico, pero se presentan como resto de un pasado de ignorancia o se deben a creencias erróneas fomentadas por intereses comerciales, económicos y por una publicidad engañosa. A lo largo del tiempo, unos desaparecen y nacen otros nuevos. Estos mitos alimentarios no solamente tienden a confundirnos sino que pueden influir en nuestros hábitos alimentarios e incluso perjudicarnos. Las personas mayores entienden que aquello que se tiene costumbre de comer toda la vida, por el mero hecho de estar tan arraigado, resulta saludable. Pero no siempre es así. Los abuelos tienen que tener claro cuales son los alimentos que quitan el hambre al niño, provocan caries y pueden ser responsables del exceso de peso.
- Demasiada cantidad. Nuestra cultura tradicional incluye platos repletos de comida. De ahí que la cantidad de un plato o de un alimento que muchos abuelos sirven sea exagerada para las necesidades de un niño por su edad.
- Dietas hiperproteicas. La alimentación debe ser equilibrada en nutrientes y comer proteínas (sobre todo las cárnicas) en exceso puede ocasionar problemas de salud. También si ofrecemos grandes cantidades de proteínas disminuiremos el consumo de otros alimentos igual de importante como frutas, verduras o cereales que influye en la génesis del exceso de peso e incluso de la incipiente obesidad infantil.
- Niños caprichosos y abuelos generosos. Es comprensible que los abuelos quieran que sus nietos coman aquello que les ponen contentos, y por eso les obsequian con dulces, postres y golosinas. Siempre se ha dicho que los padres están para educar y los abuelos para “malcriar”. Si esto sucede en ocasiones puntuales no hay que dramatizar, pero si los nietos pasan con los abuelos varios días u horas a la semana, conviene discutir el tema con tranquilidad, para que los abuelos comprendan que no deben ceder a todos los deseos y caprichos de los nietos para no malcriarlos, que no se vuelvan caprichosos y malos comedores. Los padres deben hacer entender, tanto a los abuelos como a los niños, que dichos alimentos debemos reservarlos para días y momentos especiales y de esta manera el pequeño disfrutará mucho más de ellos que si los come cada día.
Por otro lado, muchas veces son los abuelos quienes más se conciencian de la importancia de alimentarse de una forma sana, correcta y quienes más quieren aprender y emplean todas sus fuerzas en ayudarlos. Según el primer estudio sobre la ‘Influencia de los Abuelos en la Alimentación de los Niños’ que ha presentado la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) junto a la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Los abuelos son, hoy en día, los últimos promotores y profundos conocedores de la dieta mediterránea. Tanto que dos de cada tres abuelos fomentan una dieta rica en verduras, frutas y legumbres, del estilo que ellos mismos consumen, entre sus nietos. En este informe, realizado entre 404 personas mayores de 60 años, se pone de manifiesto que los hábitos alimentarios de los abuelos españoles siguen siendo sanos y, lo que es también importante, lo exportan a su familia. Tenemos que aprender más de los abuelos y de su afición por la dieta mediterránea para proporcionar una alimentación más saludable a nuestros hijos, también cuando cocinemos nosotros.
De cualquier manera, tanto en un caso como en otro, el valor de los abuelos en la familia es grande, también en el sentido culinario. Debemos tratar con ellos todo lo que concierne a la alimentación de los niños, para establecer más fácilmente una relación beneficiosa para todas las partes, tanto para los niños como para los adultos.
Imagen: consumer.es
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.