El peligro de las bebidas energéticas en niños y adolescentes
El mercado de las denominadas bebidas energéticas ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Muchos investigadores relacionan el marketing agresivo de este tipo de bebidas con el incremento de su consumo en niños. En la sociedad actual en la que vivimos, la publicidad tiene un profundo impacto en la manera en que entendemos la vida, el mundo incluso a nosotros mismos. Y los niños y adolescentes son un público objetivo relevante para todas estas técnicas de comunicación comercial, que determinan, en gran medida, sus preferencias, tanto respecto a los tipos de alimentos como respecto a las marcas concretas.
La máxima autoridad europea en alimentación (EFSA) ha publicado un informe sobre un estudio que por primera vez recopila datos sobre el consumo de bebidas energéticas a nivel europeo en grupos específicos de la población, incluyendo niños y adolescentes.
El estudio ha encontrado que entre los encuestados el grupo de edad más propenso a consumir éstas bebidas es el de los adolescentes (10-18 años): Aproximadamente el 68% de los entrevistados son consumidores de bebidas energéticas. Entre estos, el 12% presentan consumo “crónico alto”, con un consumo medio de 7 litros al mes, y el 12% consumo “agudo alto”.
Pero lo que más llama la atención es el grupo de los niños entre 3 y 10 años: uno de cada cinco niños de estas edades consumen este tipo de bebidas. Estos pequeños beben una media de dos litros mensuales. Aunque hay algo todavía más inaceptable: de entre estos niños “consumidores”, alrededor del 16% son “altos consumidores crónicos”, ya que su ingesta media mensual asciende nada menos que a 4 litros.
Los efectos adversos que pueden ocasionar en los niños, según detallaron tanto un estudio publicado en marzo de 2011 en la revista Pediatrics, como un editorial aparecido un año antes en la revista oficial de la Asociación Médica de Canadá:
- Menor sensación de bienestar, trastornos del estado de ánimo, baja autoestima e incluso depresión.
- Peor rendimiento escolar.
- Mala calidad del sueño.
- Exacerbación del asma.
- Obesidad infantil.
- Aumentos de la tensión arterial.
- Incrementos indeseables de la glucemia (relacionados con el riesgo de diabetes).
- Interacciones con medicamentos que tome el niño.
¿Qué ingredientes pueden contener éstas bebidas?
Cafeína
Uno de los principales componentes de las bebidas energéticas es la cafeína, que es un estimulante. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los adolescentes reciban no más de 100 miligramos de cafeína al día. Los niños más pequeños no deben beber bebidas con cafeína en forma regular. Las bebidas energéticas pueden contener entre 70 y 400 mg por litro y a veces más.
Desde 2003 es obligatorio que la cafeína utilizada como aroma aparezca en el etiquetado, como en el caso de los refrescos de cola. Si contiene más de 150 mg/litro de cafeína, la legislación establece la obligatoriedad de añadir la leyenda “contenido elevado de cafeína” seguida de la cantidad en mg/litro.
Taurina
La taurina se encuentra en forma natural en la carne, el pescado y la leche materna, y es comúnmente disponible como un suplemento dietético. Algunos estudios sugieren que la suplementación con taurina puede mejorar el rendimiento deportivo, lo que puede explicar por qué la taurina se utiliza en muchas bebidas energéticas. Otros estudios sugieren que la taurina se combina con la cafeína mejora el rendimiento mental, aunque este hallazgo sigue siendo controvertido.
Hasta 3.000 miligramos al día de suplementos de taurina se considera segura. Cualquier exceso de taurina es simplemente excretado por los riñones. La moderación es importante, sin embargo, poco se sabe sobre los efectos del uso a largo plazo de la taurina.
Azúcar
La mayoría de las bebidas energéticas contienen altas cantidades de azúcar que aumentan su energía. Éstas bebidas aportan unas 220 kcal por lata de 50 cl. El exceso de azúcar de las bebidas energéticas aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad.
Hierbas
Muchas bebidas energéticas contienen hierbas como extractos de semillas de guaraná, nueces de cola, hojas de hierba mate y en ocasiones ginseng. Son también estimulantes y muchas personas las prefieren antes que la cafeína porque las consideran más saludables que ésta. El Guaraná es una planta que contiene cafeína, teobromina y teofilina, sustancias que pueden aumentar la frecuencia y la fuerza de los latidos del corazón. Cada gramo de Guaraná puede contener entre 40 a 80 mg de cafeína.
Piruvato
Es la sal del ácido pirúvico y se presenta como un combatiente de la fatiga así como un efectivo quema grasa. En grandes cantidades produce malestar gastrointestinal.
Proteínas y aminoácidos
Las proteínas son empleadas como combustibles. Los aminoácidos individuales como la glutamina, la arginina, la taurina y aminoácidos de cadena ramificada (leucina, isoleucina y valina), incrementan el almacenamiento de glucógeno en los músculos durante la recuperación después del ejercicio.
Vitaminas
Algunos tipos de bebidas energéticas contienen vitaminas y se comercializan como una opción mejor y más saludable en comparación con otras bebidas energéticas que no contienen vitaminas. Un ejemplo es el “5-Hour Energy” bebida que contiene vitaminas B6, B12, B3 y B9, que se supone para aumentar su nivel de energía. Sin embargo, hay escepticismo sobre si tomar estas vitaminas en forma de una bebida energética es realmente tan saludable.
Creatina y carnitina
La cantidad de creatina añadida a la mayoría de las bebidas energéticas suele ser muy pequeña como para tener algún efecto sobre el rendimiento.
La carnitina está relacionada con el metabolismo de los ácidos grasos y se utiliza para retardar la fatiga debido a la estimulación de un mayor uso de las grasas como fuente de energía durante el ejercicio.
Cada vez está más de moda mezclar alcohol con bebidas energéticas. Mezcla nada saludable ya que aumenta los efectos indeseables del alcohol y potencia la sensación de excitación e impulsividad.
Deberíamos, en suma, tomar menos alimentos insanos, y eso incluye a éstas bebidas: cuantas menos mejor, sobre todo en el caso de los niños.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.