El roscón de Reyes traspasa fronteras
Miles de roscas, roscos o roscones de reyes se elaboran de forma artesanal en una panadería de Chicago, en el estado de Illinois, para ser consumidos como es costumbre el 6 de enero, una tradición española y latinoamericana que ha importado a esta ciudad de Estados Unidos un emprendedor mexicano.
Este año, la panadería Happy Cake La Baguette de Chicago prevé hornear y vender unos 6.000 de estos pasteles clásicos de estas fiestas al estilo mexicano, dijo a Efe Rafael de la Vega, uno de sus supervisores. Como en las de muchos otros países de América Latina y España, en esta panadería de EEUU la masa se deja reposar durante varias horas antes de decorarla con rodajas de fruta caramelizada, escarchada o confitada de llamativos colores, así como con dátiles y con higos, para después hornearla. En algunas ocasiones los roscones se rellenan de nata, cabello de ángel, crema o trufa, y habitualmente se comen en el desayuno o la merienda con una taza de chocolate caliente, como manda la tradición.
Dado que cada año aumentan las ventas, en esta ocasión en la panadería Happy Cake La Baguette decenas de empleados latinos trabajan día y noche para elaborar las roscas de reyes. “No trabajamos con grandes máquinas. Lo hacemos todo artesanalmente. Fabricamos las cosas con las manos, no con máquinas“, declaró también otro de los supervisores, Jesús Salgado. Explicó que sus compañeros de trabajo amasan harina, azúcar, leche, canela, huevo, levadura y otros ingredientes para hacer que esta delicia gastronómica pueda ser consumida sobre todo mañana, 6 de enero, conocido como el Día de Reyes entre los españoles y latinoamericanos.
Los movimientos migratorios han propiciado que tradiciones como ésta hayan sido exportadas a numerosos países, y, por ello, no es extraño ver en algunas ciudades de Estados Unidos panaderías que se afanan estos días por tener preparadas las roscas, roscos o roscones en previsión de que acudan a comprarlas personas, ya sean de origen hispano o no, que conservan esta costumbre.
“Nuestro fundador, el señor Gilberto Chavarría, llega aquí a Chicago hace 23 años. Y cuando llegó él viniendo del Distrito Federal, la capital en México, a la primera ocasión, el primer enero, se puso a hacer roscas de reyes“, declaró De la Vega.
La estrategia de ese emprendedor mexicano fue hacer “un número bastante grande” de roscas, rememoró este supervisor de su panadería. “Se puso a regalar rosca de reyes a mucha gente aquí, a los mexicanos” especialmente, donde la tradición es muy antigua y arraigada, añadió.
Aunque hay variaciones de unos países a otros, lo más habitual es que en la masa del roscón se incluyan uno o varios muñequitos de plástico o cerámica. De acuerdo con la costumbre mexicana, la persona que encuentra el muñequito en la rebanada de rosca que le ha tocado se convierte en el padrino del niño durante la fiesta de la Candelaria del 2 de febrero.
En esa celebración mexicana, con tamales y atole, al niño Jesús se le viste y presenta a familiares y amigos. En otros países se incluyen figuritas de todo tipo, desde la Virgen María, San José o de animales, e incluso una haba, que antiguamente servía para “coronar” por un día a quien la encontraba. También en muchos lugares se ha impuesto la costumbre de que quien se topa con la figurita debe pagar otro roscón. Rafael de la Vega detalló que este año hornearán y distribuirán unas 6.000 roscas en Chicago y sus alrededores. “Cada año el número de roscas vendidas aumenta, particularmente en la zonas aledañas” a la Ciudad de los Vientos, detalló satisfecho el empleado.
Francia y las galletas de los Reyes
A pesar de que Francia no está en la agenda de los Reyes Magos, que tradicionalmente le dejan la tarea de repartir los regalos de Navidad a Papá Noel, los pasteleros sí que celebran la gran noche de Melchor, Gaspar y Baltasar con la llamada “galette des rois”.
El equivalente galo del tradicional roscón o rosca de Reyes de la mayoría de los países de habla hispana, generalmente es una pasta hojaldrada de almendras de forma redonda y plana que se dora al horno y se sirve acompañada de una corona de papel. La costumbre dicta que el más joven del grupo que se reúne a comer el bollo debe situarse debajo de la mesa, mientras el más mayor corta el pastel. A ciegas, el joven designará inocentemente quién recibe cada porción de la “galette”, en la que se esconde una pequeña figurita.
Quien reciba el trozo de galette con la sorpresa se ganará el derecho a colocarse la corona y ser rey por un día, aunque la contrapartida es que deberá convidar al próximo pastel.
Cuentan que el propio Luis XIV, de niño, se ilusionaba con encontrar la sorpresa de la galette para ser rey dos veces. Entonces, en lugar de las modernas figuritas de plástico o de cerámica, el bollo incluía un haba seca, que simbolizaba la sabiduría de los secretos de la vida. Otros prefieren pensar que, simplemente, trae buena suerte.
También el nombre del monarca francés Francisco I está ligado a la historia del bollo. En 1521, compartiendo una galette con el conde de Saint-Pol, éste último se encontró con el haba y fue designado rey, siguiendo la tradición pastelera.La broma llevó al soberano y al conde a enzarzarse en una pelea con bolas de nieve y huevos que terminó con un real tartazo en el rostro del monarca.
Aunque la celebración de la Epifanía va unida a la bíblica visita de los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús para ofrecerle oro, incienso y mirra, el roscón es una costumbre de origen pagano que data de tiempos el Imperio Romano.Desde entonces, el bollo ha evolucionado y cambiado de forma. Aunque la más común, y la que se vende en París, es una tarta plana y pesada, según la región los pasteleros emplean diferentes recetas como las llamadas bretonas, de Suiza, de Madrid, bordelesa, normanda…
Esa variante, que en las últimas décadas ha conquistado las pastelerías, también se conoce como franchipán, y su receta a base de pasta de almendra se remonta al siglo XVI, cuando Caterina de Médicis, segunda esposa de Enrique II, obtuvo la fórmula del conde de Frangipani como regalo de bodas, dice la leyenda repostera. Aunque lo habitual es comprar la galette des rois en la pastelería, corona de papel incluida, también hay quien se anima a elaborarla en casa.
Imagen: femmeactuelle.fr