¿Es posible subir de peso de manera saludable?
Los niños de bajo peso preocupan considerablemente a los padres, tal como lo demuestra el hecho de que la inapetencia y las consecuencias que pueda tener en el desarrollo infantil son motivos frecuentes de visita al pediatra. Descartada cualquier patología y si el médico considera su desarrollo dentro de los límites de la normalidad, es primordial que los padres desdramaticen la situación. En muchas ocasiones detrás de un niño inapetente hay unos padres excesivamente preocupados por su alimentación, que en la mayoría de las veces ceden ante los caprichos del niño y su chantaje emocional. Ante esta situación se suceden mucho errores: comer a la carta “le doy cualquier cosa y a cualquier hora, con tal de que coma algo”, comidas desordenadas, abuso de lácteos, zumos comerciales, presiones, castigos, premios con la comida… y un largo etcétera.
El primer consejo y fundamental es que los padres desdramaticen la situación. Esto exige un cambio de actitud ante el niño. Debemos olvidarnos de preguntar frecuentemente en la guardería o colegio si el niño ha comido bien, etiquetarlo como “malcomedor”, compararlo con el hermano que come “estupendamente”, evitar las presiones que ocurren en ocasiones con los abuelos “este niño está consumido” y sobre todo y lo más importante crear un ambiente agradable y relajado en las comidas.
Formas saludable para aumentar de peso
Si aun así el niño sigue bajo de peso podemos establecer un programa de aumento de peso. Al igual que la pérdida de peso en forma saludable requiere un enfoque equilibrado, el aumento de peso en forma saludable no significa agregar comida basura a su alimentación diaria. Es cierto que el consumo de este tipo de comida puede provocar un aumento de peso, pero de esta forma no se tratarán las deficiencias nutricionales que son consecuencia de estar debajo del peso normal. Para maximizar los aumentos saludables, pruebe poner en práctica los siguientes consejos.
- Comer con más frecuencia. Cuando el niño está bajo de peso, es posible que se sienta lleno más rápido. Se deben realizar de cinco a seis comidas pequeñas durante el día en lugar de dos o tres comidas abundantes.
- Beber agua 30 minutos antes o después de las comidas, no acompañándolas, para evitar que se llene antes de comer. Igualmente nunca incluiremos durante la comida refrescos ni zumos. El zumo natural podemos dejarlo para el postre.
- Agregar calorías saludables. Enriquecer las comidas. Sin cambiar en forma radical la dieta, se puede aumentar el consumo de calorías con cada comida agregando:
- Sopas, purés y cremas: huevo duro picado, picatoste de pan frito, queso fundido, tacos de jamón serrano, picados de almendras y avellanas, salsa de tomate frito, aceite de oliva…
- Platos de verdura: rehogarla con aceite de oliva, añadir un sofrito con ajo y jamón, en ensaladas aceitunas, frutos secos (picados menores de 3 años) y pipas peladas, añadir pasas…
- Legumbres y arroces: añadir un sofrito con ajo y jamón, añadir una yema de huevo, queso rallado…
- Carnes y pescados: añadir leche en polvo a recetas y croquetas que incluyan salsa bechamel, sumergirlos en leche antes de cocinarlos, germen de trigo en rebozados, empanados, guisados, rebozados…
- Postres: daditos de fruta fresca en yogures, germen de trigo en yogures, miel, frutos secos (picados menores de 3 años), fruta más calórica (plátano, uvas, aguacate, mango)…
- Elija alimentos ricos en nutrientes. En lugar de ingerir muchas calorías vacías (zumos, refrescos…) y comida basura, concéntrese en aquellos alimentos ricos en nutrientes. Utilice carnes altas en proteínas (solomillo de cerdo y ternera, jamón curado, lomo embuchado, cecina…) y pescados ricos en grasas saludables (salmón, caballa, atún enlatado…). Además, elija carbohidratos nutritivos, como la pasta, el arroz integral y otros granos enteros. Esto ayuda a asegurar que el cuerpo esté recibiendo la mayor cantidad de nutrientes posible, incluso si tiene poco apetito.
- Añadir aperitivos calóricos, que contenga abundantes proteínas y carbohidratos saludables. De merienda puede tomar frutos secos (picados menores de 3 años), queso, barritas energéticas o bebidas de proteínas. Ofrézcale tentempiés que contengan “grasas buenas”, que son importantes para tener un corazón saludable. Como ejemplo se incluyen las nueces y las aceitunas (picadas y troceadas menores de 3 años).
- Jalea Real infantil por las mañanas estimula sus defensas y ayuda a abrir el apetito.
- Practicar ejercicio. El ejercicio físico es un magnífico aperitivo. Favorecer la actividad al aire libre.
Imagen: fraisses.fr
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.