Galletas de jengibre – receta
Ingredientes:
– 300 gr de harina
– 1 cucharadita de levadura
– 1 cucharadita de canela
– 1 ½ cucharadita de jengibre…
Preparación:
En un bol suficientemente grande tamizamos la harina, la levadura y las especias. Con el tamizado conseguiremos que no nos queden grumos pero se puede echar todo sin tamizar igualmente aunque, luego, tendremos que mezclar todo más concienzudamente. Añadimos el azúcar moreno, la miel, los huevos y la mantequilla derretida. Para derretir la mantequilla iremos poniéndola en el microondas de 5 en 5 segundos, removiendo cada vez, hasta que esté totalmente líquida. Al ponerla en intervalos cortos de tiempo conseguiremos que se derrita sin que coja mucha temperatura.
Y manos a la obra, con la ayuda de una cuchara de madera o directamente con las manos (a mí me resulta más cómodo de esta manera) vamos mezclando todos los ingredientes hasta que consigamos formar una masa consistente. Si vemos que la masa se nos ha quedado demasiado “arenosa”, es decir, poco compacta y que se desmorona, iremos añadiendo algo más de mantequilla poco a poco hasta conseguir que toda la masa forma una bola consistente. Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en film transparente y la metemos en la nevera para que se enfríe y coja más consistencia. Con un par de horas será más que suficiente pero si está más tiempo no pasa nada, podéis preparar la masa el día anterior sin problema. Cuando vayamos a hacer las galletas, os recomiendo que saquéis un ratito antes la masa del frigorífico para que os sea más fácil trabajar con ella.
Espolvoreamos harina sobre la encimera, cogemos un trozo de la masa y la estiramos con ayuda de un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 5mm. Al principio seguramente os cueste amasar e incluso se os puede cuartear un poco la masa pero eso es debido a que está muy fría. En cuanto se atempere un poco, no tendréis ningún problema. Las galletas de jengibre suelen tener forma de hombrecito o muñeco (como nuestro amigo Jengi de Shrek) pero podéis usar el molde que queráis. Con el molde elegido, cortamos la masa para darle forma a las galletas. Si la superficie está bien enharinada no tendréis problema para levantarlas. Colocamos las galletas en una bandeja de horno engrasada o sobre un papel vegetal (sulfurizado) y las metemos al horno precalentado a unos 190ºC durante unos 8-10 minutos. Es muy importante que estéis pendientes del tiempo de cocción para evitar que se nos quemen porque diferencias de 1 minuto son muy notables, tendréis que cogerle el tiempo a vuestro horno.
Una vez horneadas, dejamos enfriar sobre una rejilla para que queden crujientes. Si las dejáis sobre una superficie lisa puede que queden algo más blandas por la cara que esté en contacto con la superficie. Ya solo nos quedaría decorar nuestras galletas (con azúcar glas, glasa real, fondant…) pero esto lo dejaremos para otra ocasión. Esta vez nuestras galletas de jengibre solo tienen de decoración el dibujo (cara y botones) que les hicimos antes de hornearlas. Por cierto, no hace falta que os peguéis el atracón de una sentada porque aguantan perfectamente entre 7 y 10 días guardándolas en un recipiente hermético.
Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio “No me comes nada“