Ingredientes:
– 200 g de garbanzos cocidos (un bote pequeño)
– 2 yemas de huevo
– 75 g de bacón
– Queso parmesano rallado
– Pimienta negra

Preparación:
Lavamos los garbanzos con abundante agua para quitarle todo el caldo y la pasta gelatinosa en la que vienen conservados, los escurrimos bien y los reservamos. Por otro lado, rallamos el queso parmesano y lo reservamos también. La cantidad es un poco al gusto de cada uno pero unos 30 g de queso sería una cantidad normal aunque a mí personalmente me gusta echarle bien de queso. Ponemos una sartén a fuego medio y echamos el bacón, salteándolo hasta que esté bien doradito. No hace falta echar aceite de oliva porque se dora bien con la propia grasa que suelta.

Mientras, batimos las yemas de huevos y los mezclamos con el queso parmesano rallado y una pizca de pimienta. Cuando el bacón esté listo, incorporamos los garbanzos a la sartén y salteamos un par de minutos más. Por último, apagamos el fuego, vertemos las yemas y el queso rallado en la sartén y vamos removiendo lentamente hasta que empiece a cuajarse. La idea es que con el mismo calor residual de la sartén y de los ingredientes se cuaje la yema, quedando como una crema suave al estilo carbonara original, no queremos un revuelto de garbanzos. Sólo nos queda degustar nuestros garbanzos a la carbonara calentitos recién servidos.

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