Ingredientes:
– medio kilo de garbanzos muy tiernos
– un kilo de mejillones
– 3 bulbos medianos de hinojo
– una zanahoria pequeña
– unas ramitas de apio
– 2 chalotas
– un diente de ajo
– un vaso de vino blanco seco
– unas hebras de azafrán
– unas semillas de hinojo
– unas ramitas de culantro
– una pizca de pimentón picante
– sal y unos granos de pimienta negra
– aceite de oliva

Preparación:
La víspera dejamos los garbanzos en remojo, luego, los enjuagamos y los pasamos a una olla con algunas ramitas de apio, unas semillas de hinojo, la zanahoria raspada y sin trocear y unos granos de pimienta. Cubrir con agua templada y arrimar al fuego. Cocer hasta que la legumbre esté tierna. Mientras, limpiar los mejillones, raspar con un cuchillo y los ponemos en una cazuela con el vaso de vino blanco y las ramitas de apio restantes. Agregar un vaso de agua y ponemos a hervir hasta que los mejillones se abran. Luego, retirar las valvas y colamos el caldo.

En otra cazuela, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogamos los bulbos de hinojo muy picados con las chalotas picadas del mismo modo. Luego, cuando el sofrito esté trabado, incorporar los garbanzos bien escurridos, las hebras de azafrán, unos granos de pimienta negra machacados con el diente de ajo y unas hojas de culantro muy picadas. Añadir el pimentón picante, damos unas vueltas y mojar con el caldo de los mejillones.

Por último, sacudir la cazuela, rectificar de sal y cocer a fuego suave durante veinte minutos, agregando algo más de agua si fuera necesario. Justo antes de acabar la cocción, incorporar los mejillones y apartar del fuego. Tapar y dejamos reposar unos minutos antes de servir. Adornar con algo más de culantro picado.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.