Nuevas formas de tomar alimentos
Desde que Ferrán Adrià y su equipo comenzaron a investigar con la comida minimalista y pusieron de moda su peculiar modo de cocinar, estaban marcando una señal en el mapa del tesoro culinario del futuro. Sus experimentos con el nitrógeno líquido, la espumización alimentaria, el uso de nuevos instrumentos y la reducción de la cocina al comer bien, de forma sencilla y, digamos también de forma algo más vaga y sin mover tanto la mandíbula, han marcado un antes y un después de la cocina. Además pusieron en una atalaya privilegiada la cocina de España y su modus operandi, se extendió por el mundo como lo último y más cool. Tras esto parecía que todo estaba ya escrito y que nada podría sorprender a propios y extraños…. ¿o sí?.
Diferentes creadores se afanan por mostrar nuevas formas con las que pasar de ser uno más dentro de la escena gastronómica a convertirse en referente y en modelo a seguir.
Así, tenemos el caso del genio David Edwards, todo un gurú de la creación en la cocina. Este ingeniero de profesión y profesor en Harvard es la cabeza pensante de Le laboratoire y Foodlab, dos de las empresas más innovadoras en los últimos tiempos. Cuenta sus ingenios con victorias y polémicas. Es suya la idea de Le Whif, un chocolate inhalable que deja tu paladar con el dulce sabor al mejor cacao. Actualmente ofrecen otras variedades como la menta o el té verde todas a un precio de 4,99 euros. También es suya la invención de Le Whaf, una jarra mágica que convierte cualquiera de las bebidas en una nube de vapor que tomar directamente desde un vaso. Puede ser suya por 129 euros. Por otro lado está el Aeroshot, un chute de energía que despierta los sentidos a base de cafeína y vitamina B por 2,95 euros. Su creador asegura que “actúa de forma rápida con un agradable sabor a lima”. En Europa ha suscitado todo un aluvión de críticas porque sostienen que se trata de un producto placebo sin efectos comprobados (lo mismo se ha dicho de Le Whif). En otro orden, es también el inventor de Andrea, un aparatejo (de casi 150 euros) que ayuda a desintoxicar de gases tóxicos el aire de una habitación.
Aparentemente, Edwards es todo un visionario y al parecer no va desencaminado. La empresa Vaportrim ha creado recientemente un inhalador que invita a tomar un pastel de una manera sana, sin remordimientos y ayuda a no ganar peso (ya le ha costado las quejas de los dietistas-nutricionistas por su falta de rigor y posible producto-estafa). El invento, que sigue la estela de Edwards y sus Whifs cuestan 8 euros y da para cinco ingestas de 10 aspiraciones. El repertorio de sabores de este pastel futurista pero actual es de lo más variado: pastel de manzana, pastel de arándanos, rollitos de canela, chocolate con leche, pancakes con sirope de arce y un largo etcétera. Todas estas delicias traducidas a pasteles reales significaría miles de calorías. Según Vaportrim, estos pasteles inhalados apenas tiene calorías. Los usuarios que han probado el invento aseguran que la sensación es parecida a la de fumar…(¿creará adicción? ¿tendrá componentes dañinos para la salud?).
Y hablando de fumar, tampoco hay que perder de vista la propuesta de cada vez más bares a lo largo del planeta entero (y que también siguen la estela de Edwards), y a priori mucho más dañina que las anteriores: los Oxy Shots. El Oxy Shot, (traducción aproximada chute de oxígeno) es un aparato que convierte gracias al oxígeno en gas el alcohol en vapor para luego ser aspirado (¿no les recuerda al Le Whaf?).
Y siguiendo en la línea de innovaciones, y siguiendo la línea de tubos como innovación, la empresa japonesa Sushi Popper ofrece un tubo lleno de shushi que facilita el consumo del alimento empujando desde la parte posterior a modo del mítico helado de vainilla y chocolate Mikolápiz. No va exactamente con la misma visión de los anteriores productos pero significan una innovación en la forma de comer del futuro. De hecho ofrecen tres sabores diferentes: El Rollo California (de cangrejo y vegetales varios), el Rollo de Pepino (pepino, arroz y vegetales) y Gamba picante (de gamba especiada y arroz). ¿Imaginan por ejemplo tomar tortillitas de patata, minipizzas, o cualquier otro tipo de comida de esta manera?. ¿Podría marcar una opción en el futuro para minimizar o sintetizar comida a modo de pastilla (o de pasta al estilo de los tubos de los astronautas)?.
La historia y el tiempo sabrán recompensar adecuadamente (para bien o para mal) a todos estos innovadores en la forma de entender los alimentos y la comida.