Ingredientes:
– 400 gr de merluza (o cualquier pescado blanco)
– 1 cebolla morada mediana
– 1 huevo XL
– 1 Ajo
– Pan rallado

Preparación:
Para esta receta utilicé centros y lomos de merluza congelados pero os valen igualmente filetes de merluza o de cualquier otro pescado blanco (que tenga pocas espinas :)). Empezamos quitándole la piel al pescado, si la trae, y desmenuzándolo con las manos para intentar quitarle las espinas que pueda tener. Al usar las manos es más fácil notar si nos dejamos olvidada alguna espina. Una vez desmenuzado, picamos lo más fino que podamos con un cuchillo. Picamos también la cebolla y el ajo y pochamos un poco la cebolla en una sartén. A mí no me gusta la cebolla cruda y, por eso, la pocho un poco pero si lo preferís podéis dejarla cruda.

En un bol ponemos el pescado, la cebolla (pochada o no), el ajo y el huevo, mezclándolo hasta que esté todo bien integrado. Ahora iremos echando pan rallado poco a poco hasta que consigamos formar una masa pegajosa pero manejable. Tapamos con film y dejamos enfriar en la nevera unos 30 minutos para que coja consistencia la mezcla y sea más fácil de manejar luego, aunque este paso es opcional. Toca dar forma a las hamburguesas. Yo cojo una buena cantidad con un cucharón y le doy la forma de hamburguesa en un plato directamente con las manos, pero si tenéis un aro redondo de emplatado os facilitará mucho la tarea. Os advierto que son más difíciles de manejar que las hamburguesas de carne y dan sensación de que en cualquier momento se van a desmoronar, pero haciéndolo con cuidado no habrá problemas. Con las cantidades que os pongo os saldrán 3 hamburguesas bien hermosas y contundentes o 4 de un tamaño más normalito.

Ponemos una sartén a fuego medio-alto con un chorrito de aceite y cocinamos nuestras hamburguesas por cada lado hasta que veamos que se ponen doraditas. Ya solo nos queda montar nuestra hamburguesa de pescado. Aquí no os voy a dar ninguna recomendación, montadlas al gusto de cada uno con los ingredientes que prefiráis. Eso sí, de pan yo os recomendaría alguno consistente y crujiente, no el típico pan de sésamo que al final acaba empapado con los jugos de nuestra hamburguesa.

 
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