La apoteosis del montadito
No es la Semana Santa la mejor época para degustar la gastronomía sevillana, ésa que debe su fama a la tapa y a la cerveza fría. En estos días la oferta de tapas es sensiblemente más reducida que durante el resto del año y raro es el bar en el que pueda encontrarse una cerveza servida a la temperatura adecuada. Las tapas desaparecen de las cartas y apenas sobreviven los aliños, la ensaladilla rusa y las pavías de bacalao, el pez cofrade por antonomasia. Como el año pasado, los platos de gambas y jamón se quedan de exposición en los mostradores y el montadito es el producto más solicitado. Como todo, puede ser achacable a la crisis.
“Hace años salían muchos platos de gambas y de jamón. Ahora sólo montaditos y bocadillos, muchos bocadillos. Y la gente que antes pedía raciones ahora viene buscando tapas. Se nota mucho la crisis, ya se notaba el año pasado y este año es lo mismo”, dice Rubén, encargado del bar Universal, en la plaza del Salvador, mientras prepara bocadillos para venderlos por una de las ventanillas del negocio. Pese a todo, los dos primeros días de la Semana Santa fueron bastante buenos. “Hoy tiene peor pinta”, decía a mediodía de ayer, mientras caía un chaparrón en la calle.
La eclosión del montadito es tal que hay bares que apenas ofrecen otra cosa estos días. Una gran variedad de montaditos y algunas tapas frías garantizan una atención rápida al cliente en aquellos momentos en los que haya demasiada gente dentro del bar. “Tenemos la misma carta de montaditos durante todo el año”, dice el responsable del bar En la espero te esquina, en la calle San Isidoro. Sin embargo, la cocina pasa a un segundo plano y hay negocios en los que es difícil encontrar algo más que fritura. “Mantenemos algunas tapas, las que más salen, pero las más complicadas no”, explica un camarero del 10, la taberna ubicada en la calle Albareda, donde lo más demandado es la pavía de bacalao y el bacalao con tomate.
En el Arenal la política es la misma. Se mantienen las tapas pero no todas. “Va bien la semana”, explica sucintamente uno de los camareros de la bodega Paco Góngora, que se disculpa para no atender a este periódico a pesar de que en el interior del bar no hay ni siquiera diez clientes.
Son menos los negocios que mantiene la carta íntegra de tapas. Uno de ellos es la bodega La Gitana, en la Cuesta del Rosario. “Es la misma que cualquier otro día del año”, dice el encargado. Otro es Los Claveles, en la plaza de los Terceros, atestado el Domingo de Ramos al paso de la cofradía de La Cena. Los hay que aprovechan la semana para inflar los precios. Verbigracia, el bar Santa Marta, conocido por sus flamenquines gigantes. Hasta hace poco, el plato estrella de este establecimiento de la plaza de San Andrés costaba 12 euros. Puede comprobarse aún en la carta que está disponible en algunas páginas de internet. Esta semana vale 15.
Fuente: Fernando Pérez Ávila, Diario de Sevilla