Si te acercas a “La Cacharrería” (Sevilla) encontrarás un oasis muy cuco de la calle Regina en el que premiarse con un desayuno sanote pero disfrutón o de una pecaminosamente exquisita merienda.

En el planeta tierra hay dos tipos de personas: 1) para las que el término “La Cacharrería” evoca una de esas tiendas de toda la vida (que cerró el mes pasado porque dejó de ser un local de renta antigua y se fue a pique), en la que venden cacharros o recipientes de cocina, sobre todo de loza, y que se asocia con un anodino y desordenado lugar marrón-inútil; y 2) para las que “La Cacharrería” denota un oasis muy cuco de la calle Regina en el que premiarse con un desayuno sanote pero disfrutón o de una pecaminosamente exquisita merienda.

Si antes eras del tipo 1), esperamos que este post y sus fotos te transformen en el tipo 2) y te recomendamos encarecidamente mimarte con una visita inminente a este lugar, si no lo conocías. La peatonal calle Regina y sus alrededores son un paseo imprescindible para conocer la Sevilla más moderna y creativa. La Cacharrería es un lugar pequeño con dos mesitas en la calle y cinco dentro, por lo que probablemente tendrás que esperar pero te aseguro que merece la pena. Tienen una carta honesta y asequible con una selección divina de bebidas calientes, zumos naturales, tostadas simples y especiales (alucinantes), ensaladas de fruta, montaditos… Con estos mimbres, te puedes diseñar unbrunch a tu gusto sin llamarlo brunch y sin pagar un ojo de la cara por él pero que igualmente te hará ver las estrellas a media mañana. La Cacharrería lleva abierta casi diez años pero cuando nos acercamos a preguntar por el pan casero descubrimos y conocimos a Tatiana y Marco, sus nuevos propietarios desde enero. Nos contaron sus planes de mantener todas las señas de identidad del lugar y además abrir los domingos (¡¡¡síííííiííííííí!!!) o añadir algunos platos salados.

Recomendamos comenzar con uno de sus zumos, por ejemplo el Zumo verde de espinacas, manzana y apio o el Zumo de zanahoria y jengibre. La fiesta continúa con suEnsalada de frutas, yogur y cereales que te hace sentir santa por comer sano y gozar tanto. En el capítulo de las tostadas, recomendamos las de pan casero de centeno con una celestial y aterciopelada crema de aguacate o con una selección de sus tres mermeladas caseras de temporada: batata y canela; mora y cardamomo; o limón y pera. El café servido en una gran taza con espuma cremosa de leche nos dio ese empujoncito final para acabar levitando. Nos quedamos con las ganas de probar los bagels y los montaditos. Sabemos que vamos a volver, volver, volver a sus brazos otra vez…

La decoración vintage donde las haya incluye frases cortas y contundentes que dan para pensar y que en foodilove suscribimos: “Gracias por ser educado” “Sonrisas gratis”.

Esta entrada es original del blog “Foodilove” de Concha Ortiz.