La cocina de siempre se cocina en Triana
Lo bueno del andaluz es que lo que para los norteños podría considerarse un insulto, para nosotros se convierte en la manera más cariñosa de dirigirnos a alguien. Así, palabras como prenda, granuja o carajaula se convierten en apelativos cariñosos en cualquier grupo de amigos. Algo así ocurre con el vocablo petardo, calificativo que se emplea para referirse de manera cariñosa a alguien que es un poco polvorilla y no para quieto. Olga Brázquez es un poco así, una mujer inquieta, con mucho trasiego y una sonrisa siempre pintada en la boca. Por eso, José Manuel Pérez la llama así cuando se dirige a ella de forma cariñosa. Con ese apelativo como referencia, ambos decidieron abrir el pasado diciembre el restaurante La Petarda, en la calle Constancia, Triana.
Tanto Olga como José Manuel tenían sus propios proyectos por separado, pero un día decidieron ir un paso más allá y emprender la aventura de abrir un restaurante en el que la gastronomía fuera lo más parecida a lo que se come en las casas de Sevilla desde tiempos inmemoriales. Así, después de buscar locales que se adaptaran a sus necesidades y a su gustos, dieron con un acogedor establecimiento en la calle Constancia, esquina con la calle Evangelista. Con paredes blancas, que recuerdan a las casas encaladas de los pueblos sevillanos, unos arcos originales del edificio y un pequeño pozo escorado en una esquina, este espacio combina las tonalidades claras con el turquesa y una amplia pizarra en la que se alternan las propuestas fuera de carta. A lo largo de la estancia, varias mesas reciben al comensal. En la puerta, mesas altas con taburetes para los adictos al sol.
Acostumbrada a ver a su madre cocinar en casa y para el mundo de la hostelería, Olga Brázquez se encarga de la cocina de La Petarda. Bien temprano sale de casa y acude al mercado de Triana para adquirir los productos frescos con los que hará los platos de la carta. En su casa son del cuchareo y del buen comer y eso es lo que quiere transmitir en sus platos. Cuando regresa del mercado se mete en la cocina y prepara platos como huevos rellenos, pastel de cabracho, carrillada ibérica, merluza con marisco y almejas y atún encebollado, entre otros. Sin olvidar las croquetas, uno de los principales reclamos de La Petarda. Amante de la comida casera, cuando va al mercado se inspira al ver los productos y realiza platos que están fuera de carta, como unos buenos garbanzos, un arroz caldoso o unas espinacas con garbanzos de toda la vida. Lo mismo ocurre con los postres, que también son caseros y cambian según lo que a Olga se le vaya ocurriendo.
Si quiere ver el resto del texto, pinche aquí para verlo en el blog de Pilar Larrondo, Salir en Sevilla.