Lejos de las céntricas calles de Sevilla, la cocina creativa encontró su lugar en el barrio de Rochelambert hace tres años con el Bar Mariscal. Al frente del mismo, los socios José Carlos Chacón y Juan Antonio Parras, ambos de segundo apellido Mariscal. Esta apuesta por una cocina “más original y de calidad” sorprendió en un primer momento a unos vecinos acostumbrados a una hostelería “típica sevillana”, pero que pronto encontraron en las tapas y platos para compartir que en este local se sirven lo interesante de “comer algo diferente”.

Ubicado en la calle Puerto del Suspiro, 2, este local, de reducidas dimensiones pero con amplia terraza, cambió la imagen de un bar “de barrio” a una decoración más actual, donde un testero de pizarra hace las veces de carta. Decidirse por una de sus tapas no resulta sencillo para quien nunca visitó antes esta casa. Sus creadores aconsejan desde la milhojas de atún con confitura de pimiento, el rissoto con boletus y pluma ibérica, hasta el pollo a la carbonara o Manhattan, “tapas que siempre han tenido mucho éxito”. Preguntar por la tapa de la semana y degustar uno de sus postres es otro buen proceder en este bar donde no faltan, como era de esperar, los vinos y donde cuentan con el prestigio de ser los vencedores del I Premio de la Ruta de la Tapa del barrio que los acoge.

Fuente: Ana Fernández, Diario de Sevilla