La tomatada de Miraflores
Vivir en la ciudad no es un impedimento para que los sevillanos cultiven. La Huerta Las Moreras, en el Parque Miraflores, se convirtió hace más de 20 años en un pulmón más de la ciudad, con diferentes programas que permiten disfrutar de un huerto en plena capital.
María José López, su directora, cuenta que todo comenzó con un movimiento vecinal. “Es una tierra muy óptima para el cultivo, por lo que ese había sido su uso desde hace siglos. Sin embargo, cuando a la zona comenzaron a llegar las primeras constructoras, la extensión se convirtió en una escombrera”. En los años ochenta, la indignación de los vecinos desembocó en el nacimiento, en 1989, de la Asociación Proparque Educativo Miraflores, creando, dos años después, la Huerta Las Moreras.
El terreno cuenta con 160 parcelas, de 75 a 150 metros cuadrados, destinadas al programa Huertos de Ocio, iniciativa que permite disponer gratuitamente de un espacio para el cultivo de productos ecológicos de autoconsumo de forma indefinida y mediante sorteo de las plazas que van quedando libres. “Es una propuesta abierta a todos los residentes de Sevilla. Muchos son jubilados, que disponen del tiempo libre necesario para dedicarlo a cuidar su propio huerto. La mayor parte son sevillanos de entre 55 y 70 años, pero también hay jóvenes y extranjeros”.
Pimientos, calabacines, patatas y tomates son algunos de los frutos que recogen y que se dan a probar al público en varias citas a lo largo del año, coincidiendo con las distintas época de recolección. Así, anoche se celebró la XII Cata del Tomate, en la que los asistentes pudieron degustar las dos especialidades cultivadas en Las Moreras: el tomate rosado y el corazón de toro, con platos como el salmorejo.
De forma pararela a la Huerta de Ocio, la asociación organiza otros programas todo el año para acercar a los jóvenes el cultivo ecológico y la conciencia mediambiental. Con esta idea surgió Huertos Escolares, un proyecto educativo donde participan los alumnos de 5º de Primaria de once colegios de la zona. Durante las actividades, los chicos aprenden sobre energías renovables, reciclaje, contaminación, además de aprender a cultivar en un pequeño huerto. Muchos de ellos continúan, al pasar de curso, en Invernadero Jóven, con actividades más especializadas: plantaciones de especies autóctonas o sesiones de laboratorio.
Las puertas de esta huerta urbana están abiertas a todos, a través de un itinerario pedagógico que atrajo el año pasado a más de 6.300 visitantes. Más información en el teléfono 954 361 026.
Fuente: Isabel Sánchez, Diario de Sevilla