Thermomix en las cocinas acelera como un coche de alta gama. Sus componentes, para una prolongada vida, son dignos para la fabricación de un automóvil, de ahí que no sea un electrodoméstico cualquiera. Y para cocinar, más que un lujo es alta prestación. En Málaga se concentra el mayor número de estos robots por hogar en todo el continente: el 32,2% de las casas. En toda Andalucía ronda el 15%. Hay afición por cocinar con este aparato tan versátil. De las ventas anuales de la firma, un 17,3% se producen en España y pese a la crisis, se alcanzaba en 2011 un récord de ventas.

La creación de cremas veraniegas y de los sorbetes, a mayor gloria de las frutas y hortalizas de nuestro entorno, ha sido uno de los puntales del éxito de la Thermomix entre los andaluces, potencia internacional en la gastronomía realizada a través de las perfectas cuchillas del robot de Vorwerk, que comenzó a venderse en España en 1978. El modelo actual es el TM 31, que convive con las máquinas de veteranos chefs que adquirieron robustos hermanos mayores. La cocinera gaditana María Auxiliadora Terry ya editó recetarios treinta años atrás, cuando el nombre del robot sonaba a misterio tecnológico, más que a cocina al alcance de unos minutos.

Es un utensilio que nunca se verá en tiendas (para que no sea “un capricho, sino una herramienta”) y que se sigue vendiendo de casa en casa, de restaurante en restaurantes. Se fabrica en uno de los enclaves históricos de la cocina sibarita, en Cloyes Sur le Loir, a unos 150 kilómetros al suroeste de París, en la idílica campiña con vistas a los castillos del Loira. Eso marca el estilo de vida en la factoría de Worwerk SEMCO. Estamos ante un alabado invento que tuvo origen alemán, fabricado en Francia, con componentes servidos por proveedores de distintos países (incluidos españoles, aunque con mayoría alemana), y que ha encontrado en el Mediterráneo su gran nido de incondicionales.

La Thermomix reúne eficacia con rapidez (10.200 revoluciones por minuto en dos segundos) y facilidad, un trío que en cuestión de cocina se convierte en todo un logro. Como curiosidad, el TM-31 está movido por un motor de reluctancia, desarrollado por magnetismos, es decir, libre de desgaste y mantenimiento.

La refinada tecnología puede tener sabor de casa. No por básica, es un tesoro el gazpacho que surge de la máquina de Worwerk. Ahí va la receta para aquel usuario de la Thermomix que la quiera recuperar hoy mismo: 1 kilo de tomates maduros, una cebolla pequeña, un diente de ajo, un pimiento verde, medio pepino grade, unos 50 gramos de aceite de oliva virgen extra, dos cucharadas de vinagre de Jerez, una cucharadita de postre de sal. Echando todos los ingredientes, es cuestión de trocear y después, tritutar. Por ejemplo, 20 segundos a velocidad 6, y después 3 minutos a velocidad 8. Números y conceptos que entenderán los usuarios de esta máquina.

Fuente: Santi Rojas