Ingredientes:
– 500 g de espinacas frescas
– 500 g de queso ricotta
– 500 ml de bechamel de calabacín
– Placas de lasaña
– Queso rallado

Preparación:
Lo primero de todo es deciros que, aprovechando la receta de la semana pasada, hemos utilizado una bechamel de calabacín para esta lasaña de espinacas y ricotta y, así, darle un sabor distinto y hacerla más saludable. De todas formas, podéis usar una bechamel tradicional o la bechamel sin gluten que os enseñamos hace ya algún tiempo. Ponemos al fuego una olla con abundante agua y un poquito de sal. Cuando rompa a hervir vamos echando poco a poco las espinacas para que no deje de hervir el agua. Dejamos cocer las espinacas durante unos 5 minutos y, al sacarlas, las metemos en agua fría (bien en un bol con hielo o directamente bajo el grifo) para cortar la cocción y que mantengan el verde. Opcionalmente, una vez que hemos enfriado las espinacas, las podemos picar finamente para que el relleno de la lasaña esté mejor mezclado. En un bol ponemos el queso ricotta junto con las espinacas picadas y, con ayuda de un tenedor, mezclamos todo hasta formar una pasta homogénea. Las placas de lasaña que yo he utilizado no necesitan cocción previa así que me he ahorrado este paso. En caso de necesitarlo, será el momento de cocer las placas de lasaña según indique el fabricante en el envase.

Ya solo nos queda montar la lasaña. Utilizaremos un recipiente rectangular apto para horno e iremos colocando las capas de la siguiente manera: placas de pasta, mezcla de espinacas y queso ricotta, bechamel. Repetiremos tantas veces como nos sea necesario para utilizar todo el relleno que hemos hecho (en mi caso sólo necesité 2 capas de relleno). Acabamos con una capa de bechamel sobre la que espolvorearemos el queso rallado. Metemos la lasaña al horno, precalentado a 180ºC, durante unos 20 minutos aproximadamente (como siempre, cada horno es un mundo, los tiempos son orientativos) y le damos un último toque de gratinado para que se nos quede bien doradito por encima. Sacamos del horno, dejamos enfriar un poco para que se asiente y no se desmorone al cortarla, servimos y ya tenemos lista nuestra lasaña de espinacas y ricotta.

Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo OsorioNo me comes nada