Los anuncios promocionan la obesidad infantil
La publicidad utiliza todo tipo de estrategias para llegar a los más pequeños: promociones, regalos, concursos, premios… A los niños les llegan anuncios de todo tipo. Y sobre todo, muchos anuncios de alimentación: la comida es la reina de los anuncios. Los anuncios publicitarios que transmiten en las horas de programas destinados a los niños son un engaño evidente. La televisión no sólo fomenta el consumo de alimentos poco saludables sino que disminuye las horas de actividad física diaria.
En nuestra casa, nada mejor que alejar a los niños de la televisión y educar acerca de lo que ven, pues el ejemplo de los adultos vale mucho para ellos y es la punta del ovillo que nos lleva a un estilo de vida más saludable. Diversos estudios confirman que la publicidad de los alimentos determina, en gran medida, las preferencias de los niños, tanto respecto a los tipos de alimentos como respecto a las marcas concretas.
- Consumer Eroski analizó desde el punto de vista nutricional 6300 anuncios emitidos en 12 cadenas de TV. Las conclusiones del estudio fueron: el 44% de los productos de alimentación anunciados a la hora en que los niños ven más la tele a diario son chocolates y derivados (9,5%), caramelos y golosinas (8%), productos de bollería y pastelería (8%), embutidos (7%), aperitivos (4,5%), salsas y mahonesas (3%) y helados (3%). Sólo el 2% corresponde a alimentos verdes, como las frutas y las verduras, los pescados, los aceites, los arroces y las pastas
- La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) también realizó un estudio sobre 36.000 anuncios de 14 televisiones emitidas durante una semana. Entre las conclusiones, destaca que, cuatro de cada diez anuncios que se emiten en programas infantiles son de alimentos poco saludables, ricos en grasa, sal o azúcar. En el estudio encontraron que un niño de entre 4 y 12 años pasa unas 2 horas y media diarias frente al televisor: de media ve seis minutos y treinta segundos de publicidad de productos alimentarios cada día, es decir 22 anuncios. Los productos alimentarios que se anuncian durante los programas para niños son alimentos que destacan por su excesivo aporte de grasas saturadas, azúcar y sal: pastelería, yogures azucarados, postres frescos, productos de cacao, etc. Alimentos tales como el arroz, la pasta, el pan, las frutas, las verduras y las legumbres, sólo ocupan un 6% del espacio publicitario emitido en los programas infantiles. (Revista OCU salud, diciembre 2008)
Actualmente los niños mandan demasiado, tienen mucho poder en la familia a la hora de escoger los alimentos, casi siempre influenciados por esos anuncios que ven en la televisión o por ese regalito que ofrecen ciertos productos industrializados como tazos, chapas, regalos o pegatinas. Hacia los dos años los niños pueden tener conocimiento de algunas marcas, y desde los dos hasta los seis pueden reconocer un producto por su envoltorio, logotipos o letras y colores asociados, especialmente si son brillantes y con dibujos infantiles. Incluso los más pequeños trasladan su reconocimiento de un producto alimenticio en forma de demanda de la marca y no del alimento en sí mismo (Universidad de Illinois, EE.UU).
Las marcas afectan más a los niños que el propio sabor del alimento. Los niños menores de ocho años prefieren el sabor de un alimento cuya marca les resulte familiar antes que otro sin ninguna identificación. Además, entre los tres y los cinco años de edad el hecho es más notorio. Los niños prefirieron el sabor de la leche e incluso de zanahorias naturales presentadas en envoltorios de McDonald´s, antes que las mismas sin envases identificativos.
El Ministerio de sanidad y consumo y la AESAN (Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición) llegaron a un acuerdo con la federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) para poner en marcha el Código de autorregulación de la publicidad de alimentos dirigida a menores, prevención de la obesidad y salud (Código PAOS). Este código, que entró en vigor el 15 de septiembre de 2005, tiene como objetivo que la publicidad sobre alimentos dirigida a menores fomente estilos de vida saludable para prevenir la obesidad infantil. El Código se rige por una serie de principios éticos como la legalidad y la lealtad, y hacen hincapié en la forma en que se emiten los mensajes publicitarios, y en la mayor vulnerabilidad de los menores a la hora de transmitirles tales mensajes. También regula algunas prácticas comunes en los anuncios publicitarios, como la aparición de personajes populares entre los niños.
Y nosotros los padres… ¿qué podemos hacer?
No permitas que tu hijo se deje engañar tan fácilmente. Ayúdale a diferenciar entre la información falsa y la verdadera. En la televisión salen personajes famosos y “populares” comiendo alimentos poco saludables, muchos de ellos deportistas que sabemos perfectamente que se alimentan de una forma mucho más equilibrada. Los anuncios dicen que ciertos alimentos son muy saludables aunque distan mucho de serlo. Te hacen creer que comiendo ese alimento tendrás más amigos, serás más popular, estarás más contento y la vida te irá mucho mejor, cuando la realidad es justamente la contraria. Es importante enseñarle a que sea crítico y sepa pensar por si mismo.
Por otro lado el niño que no mira la televisión o no juega a videojuegos tiene más posibilidades de estar activo. Hoy en día el niño pasa muchas horas sentado, el colegio, los deberes, la televisión, los videojuegos. Esto conlleva a un gasto de energía menor e incluso a un aporte excesivo de calorías, debido a que muchos de estos niños comen delante del televisor mientras juegan, sin tomar conciencia de lo que comen y de cuánto comen. Hemos de enseñar a nuestros chavales que no deben ver la televisión más de una hora al día, hay otras cosas mucho más divertidas y constructivas que ver la televisión. Anímale a que vaya al parque a jugar, que ponga música para bailar, que salte a la cuerda, que escriba, que pinte, que desarrolle cualquier capacidad creativa que le hará crecer mil veces más que pasarse horas viendo la televisión.
Esta entrada es original del blog “Komo-como” de Regina Martínez.
Imagen: experiensense.com