El heavy metal siempre ha estado relacionado con la vida llena de excesos, de conciertos ruidosos y como la palabra inglesa indica “pesados” encuentros con la música. Para muchos, el heavy se convierte en una cultura de vida y no sólo en la banda sonora que sirve de fondo en el día a día de los aficionados. Camisetas negras, vaqueros rotos, pañuelos en la cabeza, chupas de cuero,  chalecos de tela vaquera, o incluso motos de gran cilindrada son algunas de las características esenciales que podrían ayudar a identificar a los enamorados del rock duro.

Sin embargo, la cocina, no entraría en el muestrario de asociaciones rápidas que efectuaríamos al construir el cliché del perfecto heavy. No obstante, para una vez más romper un mito, pesos pesados del metal unen sus  dotes creativas entre los fogones en el recopilatorio ideado por Steve Seabury, Mosh Potatoes: recetas, anécdotas y desastres de los pesos pesados del heavy metal. En el se reúnen 150 recetas de miembros de renombre de grupos como Max Cavalera de Sepultura, que propone su Pollo al limón; Lemmy de Motörhead, que ofrece la sorpresa krakatoa; Dave Ellefson de Megadeth que apuesta por unas galletas sin horno; Scott Ian de Anthrax que ofrece unas Gambas especiadas con tomates cherry; Ron Thal de Guns & Roses, por su parte se decanta por el chipotle chili de pavo, o Bobby Blitz  de Overkill. Representantes relevantes de los monstruos de la escena Pantera, Lamb of God, Typo O Negative, Testament, Queensryche, Bison BC, Steel Panther, Mudvayne, Life of Agony,  o Dream Theater entre otros, también ofrecen sus propias recetas.