Ingredientes:
– 2 kilos de mejillones
– 6 tomates de pera maduros
– 2 cebolletas
– 3 dientes de ajo
– unos tallos de apio
– 2 zanahorias pequeñas
– 1 vaso grande de vino blanco seco
– un trozo de pan del día anterior
– una hoja de laurel
– unas hebras de azafrán
– pimentón picante
– sal y unos granos de pimienta negra
– aceite de oliva

Preparación:
Con un cuchillo vamos raspando los mejillones bajo el grifo, se enjuagan bien y los vamos pasando a una cazuela grande con los tallos de apio limpios y enteros, la hoja de laurel y unos granos de pimienta negra. Agregar el vaso de vino blanco, tapar y cocer a fuego medio hasta que se abran. Una vez abiertos, se sacan, retiramos una de las conchas y colar el caldo. Luego, vamos preparando la salsa. En una sartén grande calentamos unas cucharadas de aceite de oliva y rehogamos, en primer lugar las cebolletas y las zanahorias muy picadas. Cuando se ablanden, agregamos los dientes de ajo también muy picados y rehogar todo junto.

A continuación, añadimos los tomates, sin piel ni semillas, cortados en daditos y sofreímos a fuego vivo, sin tapar, para que reduzca el jugo de las verduras. Unos minutos después, agregar las hebras de azafrán, el pimentón y una pizca de sal y pimienta. Mojamos con parte del caldo de cocción de los mejillones, mezclar y cocemos, a fuego suave ya, una media hora, procurando que la salsa quede bien trabada y no demasiado líquida. Sobre una fuente grande colocamos los mejillones, de forma que no se vuelquen, sobre ellos repartimos el sofrito y espolvorear el pan rallado en migas gruesas. Agregar un hilito de aceite de oliva y gratinar durante diez minutos. Servir enseguida.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.