Los olores y los sabores son algunas de las sensaciones que más rápido despiertan la memoria. Y eso es lo que ha plasmado Ana Vara de Rey en su novela Mermelada de naranja amarga, una historia que narra el secreto de una familia a través de sus recetas y donde recupera la historia de la División Azul.

Un libro que se convierte en la ópera primera de esta fotógrafa, que en la actualidad dirige la revista Hoteles y estilo de Vogue, y con el que ha querido rendir homenaje a toda una época y a la herencia “ética y moral” de su familia, a pesar de que el libro se mueve entre la ficción y la realidad.

Publicado por la editorial El Maquinista, Mermelada de naranja amarga, rezuma sensaciones por todos los lados, y es que Ana Vara de Rey, hija de un capitán que participó en la Tercera Escuadrilla de la División Azul (la unidad de voluntarios españoles que lucharon con los alemanes en la Segunda Guerra Mundial) narra la historia de una niña que metida con su abuela en la cocina va heredando todas sus recetas, al tiempo que recoge todas sus historias personales y familiares.

Después convertida en una joven estudiante recibe de su abuela, justo antes de que esta muera, su inseparable libro de recetas.

Pero segura de que tras esas páginas manuscritas se oculta un secreto familiar, decide escribir una novela sobre la vida de su antecesora. Y nada más empezar la tarea se da cuenta que esta le está pidiendo que desentrañe algo.

Entre las recetas se encuentran cartas, recortes de periódicos antiguos, poemas y numerosas fotos sobre la División Azul.

Una abuela, que es una mujer con un perfil extraordinario que resulta ser la madre de la autora, y la niña y después joven, su propia hija.

“La inspiración de la novela es la relación que tuvo mi hija con mi madre, a partir de ahí la memoria -que es otra parte de la creación- comienza a funcionar”, ha explicado a Efe la autora.

Las recetas de sopas, pescados, o de dulces, se mezclan con las calles de un Madrid en sepia y una Gran Vía con los jóvenes pilotos de la escuadrillas, con sus deseos, frustraciones, llantos y risas, que se entrelazan con el secreto que encierra la receta de mermelada de naranja amarga.

“He querido rendir un homenaje a una forma de entender la vida y la herencia que nos dejaron mis padres, siempre transmisores de unos valores como la felicidad y la austeridad, tan necesarios en estos momentos”, subraya la autora que ya está sumergida en su siguiente proyecto literario, centrado en una vieja casona familiar, misteriosa y mágica, Villa Clotilde.

Efe