Ingredientes:
– 4 patatas grandes
– 150 grs de queso de cabra en rulo
– unas ramitas de tomillo
– un puñado de aceitunas negras sin hueso
– una pizca de pimentón, dulce o picante
– sal y pimienta negra molida
– unas gotas de vinagre balsámico
– aceite de oliva

Preparación:
La víspera preparamos las patatas para que estén completamente frías a la hora de preparar el plato. Las frotamos con un cepillo bajo el grifo y las cocemos al vapor hasta que queden “al dente”. Bien escurridas, se dejan enfriar y luego las dejamos en el frigorífico. Cuando vayamos a preparar el plato, las pelamos y las cortamos en rodajas de grosor mediano. Picar muy menudas las aceitunas y desmenuzar el tomillo. Precalentamos el horno a 180 grados. Cortamos cuatro cuadrados de papel sulfurizado y sobre cada uno de ellos colocamos una rodaja de patata y encima otra de queso de cabra. Vamos alternando los ingredientes, espolvoreando cada rodaja de queso con una pizca de pimentón y de tomillo.

Una vez acabados los ingredientes, procuramos que la última rodaja sea de queso. Por encima, repartimos el picadillo de aceitunas negras. Agregar unas gotas de vinagre balsámico y un chorrito de aceite de oliva.

Por último, cerrar los “paquetes” procurando que queden herméticos para que no salga el vapor al hornear. Los colocamos sobre una fuente y, en el último momento, metemos en el horno durante quince minutos. Justo antes de sacar a la mesa, abrir el papel y dorar ligeramente la superficie. Servimos enseguida y acompañar con una ensalada de canónigos y tomates cherry.

SUGERENCIA.- Podemos cambiar el queso de cabra por cualquier otro tipo de queso de sabor fuerte e incluso alternar las rodajas de patata con alguna de boniato o calabaza.
Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.