Pan de pita – receta
Ingredientes:
– 260 ml de agua tibia
– 440 g de harina de fuerza
– 25 g de levadura fresca
– 10 g de sal
– 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Ponemos en un bol grande la harina y hacemos un volcán en medio. Disolvemos la levadura en el agua templada y lo vamos echando poco a poco en el hueco que hemos dejado en la harina. Empezamos a remover la harina de fuera hacia adentro para que se mezcle bien con el agua. Una vez que esté todo bien mezclado, incorporamos el aceite y la sal. Es importante que la sal se eche una vez ligada la levadura porque no pueden entrar en contacto ya que esto afectaría al proceso de fermentación de la masa. Para mezclar todo yo os recomiendo usar las manos porque, aunque os vais a pringar un poco, es la mejor forma de saber la textura de la masa y que tenga la consistencia apropiada. Veréis como al principio se os pegará mucho la masa en las manos y pensaréis que falta más harina pero tranquilos, cuando llevéis unos minutos amasando todo empezará a formar una mezcla homogénea que dejará de pegarse.
Llegados a este punto, espolvoreamos un poco de harina en la encimara y pasamos la masa a esta para amasarla mejor. Para ello lo que tenemos que hacer es presionar con las palmas de las manos en el centro de la masa para estirarla, doblándola hacia el centro cuando esté estirada para repetir el proceso. Amasar durante unos minutos hasta que veamos que tengamos una masa suave y flexible. Hacemos una bola con la masa, la cubrimos con una gotita de aceite y la ponemos en un bol tapándola con un trapo de algodón para dejarla levar. Dependiendo del uso que vayamos a darle a la masa, el tiempo de reposo para el levado de la misma variará:
- Si queremos usar el pan de pita para hummus, en plan “dipear”, o como acompañamiento será más que suficiente con dejar la masa 1 hora hasta que doble su tamaño.
- Si lo queremos para rellenarlo, os recomiendo que lo dejéis mucho más tiempo, incluso de un día para otro. Fermentará mucho mejor y cogerá más aire facilitando su relleno posterior.
Una vez que tenemos la masa reposada el tiempo necesario, iremos troceando la masa en bolitas más pequeñas y estirándolas (con las manos o con la ayuda de un rodillo) hasta tener un grosor de unos 5 mm y del tamaño que queramos. Ponemos al fuego una sartén con unas gotitas de aceite y la ponemos a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, ponemos una tortita y cuando esta empiece a formar burbujas de aire, o se hinche entera si la vamos a rellenar, le damos la vuelta para hacerla por el otro lado. En las fotos podéis ver la diferencia entre las burbujas de aire que se forman en una masa reposada durante 1 hora y el hinchado que se produce en una masa reposada durante un día. Según vayamos sacando los panes de pita del fuego los colocamos en un plato, tapados con un paño de algodón limpio para que no se enfríen. Ya solo nos queda comerlos como más nos gusten: mojando en hummus, acompañando nuestro plato principal o rellenándolos de lo que se nos ocurra.
Si quieres ver las imágenes del proceso, pincha aquí para ver la entrada completa en el blog de Guillermo Osorio “No me comes nada“