Ingredientes:

Para la panna cotta

– 500 ml de nata líquida
– 80 g de azúcar
– 8g de hojas de gelatina
– Una vara de vainilla

Para el coulis de frutos rojos

– 400 g de frutos rojos (fresa, frambuesa, grosella…)
– 50 g de azúcar glas
– 2 cucharadas de zumo de limón

Elaboración:

Primero elaboramos la panna cotta, ya que tendremos que dejarla enfriar un poco mientras preparamos el coulis. Para prepararla, empezamos sumergiendo las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante unos 15 minutos. Seguidamente, cogemos la vara de vainilla y la partimos cuidadosamente con un cuchillo para extraer las semillas, que usaremos para aromatizar el azúcar. Preparamos un cazo y vertemos la nata, el azúcar aromatizada y la vara de vainilla y lo ponemos a fuego lento, vigilando que no llegue a hervir. Cuando esté a punto de hacerlo, retiramos del fuego y sacamos la vainilla.

Una vez la gelatina esté blanda, la escurrimos con cuidado y la añadimos al cazo con la nata caliente. Mezclamos bien con una cuchara de madera y nos aseguramos de que la gelatina no quede grumosa. Cuando todo esté homogéneo, incorporado y sin grumos, repartimos la panna cotta en vasitos o moldes y los metemos en el frigorífico, donde tendrán que enfriar durante al menos 5 horas.

Mientras la panna cotta enfría, preparamos el coulis de frutos rojos. Ponemos la fruta en un cazo antiadherente y lo ponemos a fuego lento. Cuando pasen un par de minutos, notaremos que la fruta empieza a liberar el zumo, y es entonces cuando empezaremos a añadir, poco a poco, el azúcar glas. Añadimos también el zumo de limón y batimos con cuidado para que quede bien mezclado. Una vez la fruta se haya derretido, dejamos un par de minutos más al fuego antes de apagarlo y removemos para que la mezcla quede homogénea. Retiramos y, si queremos que el coulis quede más fino sin semillas ni pieles, lo colamos. Sin dejar que se enfríe del todo pero asegurándonos de que no está demasiado caliente, lo vertemos sobre la panna cotta con mucho cuidado.