Ingredientes:
– 350 grs de arándanos, mejor frescos
– 500 grs de queso blanco batido desnatado
– 2 cucharadas de harina
– 75 grs de azúcar
– 4 huevos
– ralladura de piel de un limón
– una pizca de esencia de vainilla
– azúcar glas para el acabado
– algo más de mantequilla y azúcar para el molde
– una pizca de sal

Preparación:
Si los arándanos son congelados, los dejamos en un colador, con un cuenco debajo para recoger el agua que suelten. Vamos precalentando el horno a 180 grados. Con un pincel, pintamos con mantequilla un molde hondo y espolvoreamos con una cucharada de azúcar, la repartimos bien y dejamos el molde en el frigorífico mientras preparamos el resto de ingredientes.

En un cuenco grande montamos las claras a punto de nieve fuerte con una pizca de sal. Cuando comiencen a estar duras, vamos añadiendo el azúcar poco a poco, hasta que tengamos un merengue liso y brillante. Aparte, en otro cuenco, mezclamos el queso batido con las yemas, la esencia de vainilla y ralladura de piel de limón. Cuando estén bien trabados, espolvorear las dos cucharadas de harina y vamos agregando, a cucharadas, las claras montadas, moviendo despacio para que no se bajen. Repartir la mitad de esta crema sobre el molde.

A continuación, colocar sobre ella los arándanos bien escurridos y “tapar” con la crema restante. Hornear durante cuarenta minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, sacamos del horno, dejamos enfriar y espolvorear generosamente con azúcar glas. Servir templada y acompañar de una bola de helado de vainilla y del jugo de los arándanos.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.