Ingredientes:
– 350 grs de albaricoques medianos, no demasiado maduros
– 250 grs de requesón
– 120 grs de mantequilla a temperatura ambiente
– 3 huevos
– 100 grs de almendras molidas
– ralladura de piel de limón
– 160 grs de azúcar
– 70 grs de harina de repostería
– una cucharadita de levadura
– esencia de vainilla líquida o en polvo
– una pizca de sal

Para decorar
– un puñado de almendras enteras y crudas
– azúcar glas

Preparación:
Separar las claras, se montan a punto de nieve fuerte con una pizca de sal y se reservan en el frigorífico. Lavar los albaricoques, retirar el hueso y se rebozan en un par de cucharadas de azúcar. Dejar el requesón en un escurridor con un peso encima para que suelte todo el agua. Precalentar el horno a 180 grados. En un cazo, ponemos agua a hervir y escaldamos las almendras hasta que se les arrugue la piel. Se refrescan con agua fría y las pelamos. Dejar sobre papel absorbente para que se sequen bien.

Aparte, en un cuenco, con ayuda de unas varillas, batir el azúcar restante con la mantequilla, la ralladura de piel de limón y la esencia de vainilla. Trabajar hasta que tengamos una crema lisa y brillante. Incorporar las tres yemas, las almendras molidas, la harina y la levadura. Mezclar bien y añadir el requesón, sin dejar de mover hasta que tengamos todos los ingredientes bien trabados.

Por último, vamos agregando las claras montadas, mezclando despacio para que no pierdan volumen. Volcar la masa en un molde engrasado y clavar encima los albaricoques con el hueco hacia arriba. En el lugar del hueso, colocamos una almendra. Hornear durante cincuenta minutos y cuando esté hecho, dejamos enfriar y espolvorear generosamente con azúcar glas antes de servir.

Esta receta es original del blog “¿Qué comemos hoy?” de Laura Vichera.